Un discurso universitario
José Moreno Losada Badajoz
Sábado, 12 de abril 2025, 23:16
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José Moreno Losada Badajoz
Sábado, 12 de abril 2025, 23:16
No es fácil en los tiempos que corren escuchar un discurso de nivel universitario, ni siquiera en la universidad. Hace unos días asistí a un ... acto y al terminar, un catedrático y una maestra me confesaban que daba gusto oír un discurso como el que acababa de pronunciar el nuevo decano de la facultad de Educación, Jesús Sánchez Martín. El decano emérito entregaba el testigo a Jesús con alegría y continuidad. El nuevo decano comenzó su intervención destacando el espíritu y la filosofía del trabajo en la etapa de Luisma, exdecano, afirmando que valoraba «esa visión de un centro donde el aire sea de concordia, se respire colaboración, se resuelvan los conflictos mediante diálogo y se trabaje en el espíritu de la academia, para el bien de la sociedad a la que nos debemos».
Analizó y apuntaló el compromiso que asumía respecto a la facultad: «Tenemos un gran trabajo entre manos y nos envuelve una responsabilidad que uno no siempre es capaz de calibrar en su conjunto. Hay muchos datos objetivos que podrían apuntalar esta idea. Somos la facultad más grande, en términos de alumnado, de la Universidad de Extremadura. Los lazos que nos unen con la sociedad son muy estrechos, tanto desde el punto de vista histórico como de significatividad actual».
Centró quiénes son los destinatarios principales de la labor de la facultad: cada alumno es un interrogante abierto, una pregunta por nuestra razón de ser. Definió con claridad el bien interno de las profesiones para las que se preparan esos alumnos: «Los maestros, la profesión que está en el origen de todas las profesiones, los encargados primeros de acompañar a nuestros hijos en su camino de vida. Es su formación la que está en nuestras manos. También están los profesionales de la salud mental, los psicólogos, a cuyas puertas la sociedad llama cada vez con más insistencia, no solo y no tanto en busca de cura o tratamiento, sino, sobre todo, con la pretensión del sentido, con la pregunta por el cuidado y el autocuidado».
Culminó su intervención confesando y preguntando: «¿Por qué el servicio desde lo común? ¿Por qué optar por lo que no es de nadie, pero es de todos? ¿Por qué enfocar la mirada en el cuidado de lo que compartimos, sin ser de nadie en exclusiva?» y dio gracias por haberse cruzado con personas que entienden de esa forma tan sencilla, pero tan difícil, el estar en medio del mundo con una vocación de servicio que no es de sacrificio sino de alegría, que no entiende de cargas sino de encargos compartidos.
Yo confieso, con el corazón ensanchado que el discurso, pero sobre todo la persona que lo pronunciaba y su proceso vital, fueron eucaristía verdadera, donde la palabra y el pan partido estaban en el corazón de lo humano y se daba allí para ser alimento de la comunidad universitaria. Que todos los vientos te sean favorables para llegar a Itaca.
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