No lo olvidamos

Hoy necesitamos políticos con carisma y entrega, que son elementos fundamentales al hacer buena política y conseguir así ganarse el respeto de la comunidad. Porque cuando un gobierno pisotea la dignidad de sus ciudadanos lo debería reconocer y resarcir los daños provocados. Todavía quedan en España calles y monumentos dedicados al fascismo, por desenterrar muertos por el régimen franquista y lamentablemente hay gente que defiende ese régimen e incluso manifiestan que para ellos la dictadura franquista fue un paraíso perdido.

El síntoma de que se pierde el norte es cuando alguien, cuando razona «temas» cambia siempre a «su tema». Esos portavoces al final demuestran su obsesión, que suele acabar en paranoia si pierden y si ganan en una euforia desmedida. Sólo unos pocos viven en la sociedad de la opulencia, por el poder del dinero, por el poder de la gobernanza, que muchas veces produce la corrupción institucionalizada que convive con los otros, la sociedad del malestar, de la desesperanza, con sueldos de esclavitud, sin dinero, miseria y desamparo, agua, comida y sin vivienda. La convivencia siempre se construye y asegura con la cultura, porque convivir es compartir una misma cultura; que debe ser permeable a las ideas y maneras de los otros, porque en caso contrario no nos permite convivir.