Veintisiete años de aquella fatídica noche en la que un fenómeno meteorológico precipitara toda su fuerza torrencial de agua y viento sobre Badajoz (Cerro de ... Reyes, Antonio Domínguez, Pardaleras y San Roque) y localidades aledañas (Valverde de Leganés, Almendral, Balboa…). Veintisiete años después siguen agolpándose los recuerdos, las heridas y sentimientos no sanadas, la tristeza y los duelos no superados por aquellos seres queridos perdidos.
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Veintisiete años que segó la vida a 25 personas, dejando además cientos de familias damnificadas, 1.200 viviendas destruidas, negocios, infraestructuras y servicios. Los daños superaron los 120 millones de euros. Veintisiete años de aquel horror y muerte provocada por la mayor catástrofe natural conocida en nuestra región.
Veintisiete años de aquella explosión solidaria que, desde el corazón pacense, se hizo extensible al resto de Extremadura y España. Miles de personas, individualmente o desde sus organizaciones sociales, se volcaron junto a Policía, Guardia Civil, Ejército, bomberos, Cruz Roja… para ayudar al rescate de personas, enseres y limpieza. Solidaridad que se hizo patente en la donación de alimentos y recaudación de más de 7 millones de euros.
Pero la mayor expresión de solidaridad colectiva fue que los resortes del Estado democrático funcionaron con agilidad y coordinación entre las distintas administraciones públicas: atención a las personas y la reparación de las infraestructuras. El entonces presidente de la Junta de Extremadura, Rodríguez Ibarra, supo arbitrar las medidas necesarias para que la Junta, el Gobierno de España y el Ayuntamiento actuaran perfectamente coordinados. Un ejemplo de ello fue la celeridad con la que la Junta construyo y entregó antes de finalizar 1999 la totalidad de las viviendas nuevas demandadas (1.243).
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Hace veintisiete años Ibarra gobernaba en minoría, al igual que en España lo hacía Aznar, apoyado por vascos y catalanes. Celdrán llevaba apenas dos años como alcalde de Badajoz. No existía el sistema de alertas de colores de la Aemet que hoy conocemos y tampoco el 112. La Unidad Militar de Emergencias tampoco existía, se puso en marcha en 2005 por decisión del gobierno de Zapatero, no sin severas críticas por parte de la oposición.
Hace veintisiete años, hubo además de dolor, crispación y las lógicas exigencias de responsabilidades a las diversas autoridades cuando se personaron en la zona para 'in situ' trasladar su afecto, preocupación y evaluar la situación. Pero hace veintisiete años a ninguno de los líderes de la oposición a los respectivos gobiernos se les ocurrió pasear por la zona devastada estorbando y malmetiendo a quien tan mal lo estaba pasando.
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Hace veintisiete años no existían unas redes sociales y portales de comunicación, infectados por cantidad de bulos, milimétricamente programados para incrementar la división y enfrentamiento social. Tampoco era tan patente una extrema derecha, antidemocrática y radical, manejada y financiada por potentes círculos económicos y de poder mundiales, capaces de aprovechar las desgracias colectivas para cultivar y extender el odio.
Un abrazo fraternal a todas las personas afectadas en mayor o menor grado por aquella hecatombe y para quienes hoy sufren la misma pesadilla por esta maldita dana.
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