Oligarquía y caciquismo

El término regeneración es usado ya desde los inicios del siglo XIX como antónimo de corrupción, tratando de expresar y crear una nueva expectativa política. Sin embargo su desarrollo a finales del XIX es una consecuencia directa de la desamortización de Mendizábal (invirtiendo su finalidad), de las guerras carlistas y la crisis del sistema político fundado con la restauración borbónica tras la Primera República: alternancia de partidos que se sostenía sobre la base de una gran corrupción provocada por la aristocracia y las oligarquías económicas y el caciquismo, fraude electoral, la falta de iniciativas políticas modernizadoras, el empobrecimiento de campesinos y obreros y un nivel insoportable de analfabetismo real y funcional. La conmoción por las pérdida de las colonias de ultramar, tras el desastre del 98, proporciona una significativa impronta sentimental al movimiento regeneracionista.

Por su heterogeneidad ideológica e intelectual el regeneracionismo registró grandes contradicciones, obteniendo un fuerte carácter trasversal, sirviendo así de inspiración posterior a posiciones conservadoras (maurismo), de ultra derecha (primorriverismo, falangismo, franquismo) y también progresistas (republicanismo y socialismo). Costa por ejemplo, que llegó a ser diputado republicano en 1905 y que analiza con rigurosidad la situación social, económica, religiosa y política en sus obras 'Colectivismo agrario en España' y 'Oligarquía y caciquismo', en esta última llega a proponer como solución de la política española de entonces: «…Un cirujano de hierro que conozca bien la anatomía del pueblo español y sienta por él una compasión infinita, que tenga buen pulso y un valor de héroe... lo que llamaríamos entrañas y coraje…».

Más allá de si la historia se repite o no, el concepto de ciclicidad histórica ampliamente estudiado desde los griegos hasta hoy, cada vez nos acerca más a que la historia puede seguir caminos predecibles. Las fuerzas sociales, económicas y políticas, las crisis y los cambios tecnológicos pueden generar patrones que se repiten a través del tiempo.

La riqueza acumulada actualmente por las grandes oligarquías aquí, en Europa y el mundo es hoy mucho mayor y potencialmente más preocupante y peligrosa que al inicio del siglo XX. Los estados democráticos, al igual que entonces, se ven seriamente amenazados por dichos oligarcas que solo buscan su enriquecimiento personal, utilizando la norma democrática, socavándola, para acceder al poder y empleando a sus caciques, como antaño, para el trabajo sucio y de cirugía si llegara el caso.