«Ladran, Sancho, señal que cabalgamos», dijo Don Quijote a su escudero intentando explicarle que algo continúa a pesar de las críticas o los inconvenientes ... que se le pueden presentar en el camino. Este axioma lo lleva a la perfección bastante gente omnipresente, desde Donald Trump a Isabel Díaz Ayuso, estrategas de la comunicación que aprecian el rédito de salir a escena a diario para bien o para mal, pero salir.

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El pasado jueves, sin ir más lejos, Ayuso acudía a la presentación de la Feria de San Isidro donde la influencer borbónica, la excelentísima señora doña Victoria Federica de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, dama divisera hijadalgo del antiguo e ilustre Solar de Tejada, vestida de luces, se convertía en musa e imagen del cartel de la feria. Vic y su hermano Pipe, al igual que su madre doña Elena, se dejan ver a menudo, apoyados en la barrera de Las Ventas, La Maestranza o cualquier otro coso con lo más granado. Por algo, no en vano, son los nietos predilectos del Borbón de Abu Dabi y la lideresa, cuando hicieron amago de besarse (porque no se besan de verdad por aquello del make-up) le comentó que se echaba mucho de menos a su abuelo. La verdad es que, pensándolo bien, yo también le echo de menos pero entrando en un juzgado, incluso como decía mi abuela Concha, como veo que se acerca su momento de «doblar la servilleta» me imagino la pasta que costará al erario si la parca pasa por tierras moras y se encapricha de su compañía. El caso es que los ladridos se han escuchado lejos, la campaña de marketing ha sido exitosa inclusive ahondando en esa absurda dicotomía de que los toros son de derechas aunque excepciones mucho más honrosas como Enest Hemingway, Pablo Picasso o Federico García Lorca no lo confirman, además, a ellos no les gustaría demasiado el cartel.

Cierto es que a Miguel Ángel Rodríguez no se le escapa una oportunidad para que su pupila cabalgue a diario mientras el gentío ladra, es un experto sastre en cortinas de humo, pero no olvidemos que en Zarzuela también hay asesores (y de los buenos) que ofrecen la imagen de la heredera esforzándose en subir a las jarcias del Juan Sebastián Elcano con el uniforme de faena de guardiamarina en contrapunto con su prima Vic que mostraba sus dotes de tiradora no en una montería, como escenario habitual, sino en un concurso de televisión descerrajando un candado con dos tiros.

Lo de disparar se le da bien a los Borbones, la verdad sea dicha, al igual que el tema taurino, en el que aparecen retratados desde el maestro Goya a nuestros días, por eso echan de menos al abuelo, experto en ambas disciplinas. Mientras en la Comunidad de Madrid se gastan 3,3 millones de euros en subvenciones a la tauromaquia, 5.666 personas viven sin luz, en absoluto riesgo de exclusión, en Cañada Real. Las luces las destinan a ornamentar los trajes de los toreros mientras, en lontananza, resuena el pasodoble MARcial eres el más grande.

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