Advierto a los lectores que este artículo lo habría escrito mucho mejor (si no lo ha hecho ya) el columnista de este periódico J. R. Alonso de la Torre, por sus amplios conocimientos en general y del mundo de los pueblos en particular, y también ... porque escribe mejor que yo. Hoy tengo pues el síntoma del impostor, pero aun así lo voy a hacer. Una columna de opinión es como un cuñado, habla de todo, aunque no sepa de nada (hablo de mí).

Publicidad

La prestigiosa revista National Geographic ha dado a conocer hace unos días el pueblo mas bonito de España que ha recaído en Trujillo. Un pueblo/ciudad que ya estaba oficialmente entre los pueblos mas bonitos, según una asociación privada a la que por cierto hay que pertenecer para que te otorgue este título. Curiosamente hace unos años el ayuntamiento trujillano decidió dejar de pertenecer a este club aludiendo por una parte a su coste excesivo. Según su alcalde las cuotas anuales suponían 15.000 euros a las arcas municipales. Sí, hay que pagar para ser el pueblo mas bonito de España. Sale caro ser bonito. Y otra razón según el edil para dejar de ser el «bonito oficial» era que «Trujillo estaba en otra liga». Que podría traducirse como «esto no es un pueblo oiga, es una ciudad». Ahora el nuevo ayuntamiento (PP) está iniciando los trámites para volver al «certamen de belleza».

Hay varias organizaciones y medios diferentes detrás de estos títulos. Entre las mas populares además de la citada Asociación Los Pueblos Más Bonitos de España y National Geographic, también está la Organización Mundial del Turismo y algunas otras menos conocidas que buscan sobre todo incrementar el turismo en estos pueblos con encanto. Pero no todos consideran que ser «bonito» mediáticamente es bueno para su pueblo, debido a ese turismo a veces invasivo que todo lo devora compulsivamente. Ha habido dos municipios catalanes, Rupit i Pruit y Siurana, que no quieren figurar por los problemas de sostenibilidad que ello conlleva: «No, gracias, no queremos que la gente se vaya diciendo que es un pueblo muy bonito y tal, pero no volveré». Prefieren continuar como tesoro escondido y seguir disfrutando en paz. El turismo rural se puede llegar a quintuplicar si lleva la frasecita: «pueblos más bonitos de España». La masificación supone pérdida de valores naturales y culturales además de una disminución en la calidad de los servicios, la pérdida de identidad y el encarecimiento de casi todo. Este artículo también podría haberse titulado 'Cuando un pueblo con encanto deja de ser encantador'.

Como alternativa sana existe una lista casi mas interesante y también bonita con los pueblos más sostenibles. Hace unos años se le concedió este honor a Carcaboso en el norte de Cáceres. Fue el pueblo mas sostenible de España gracias entre otras iniciativas a la agroecología y a proyectos como un gallinero comunitario o un parque con puerros, cebollas y lechugas que los vecinos podían recolectar, si lo necesitaban. Un pueblo sostenible es lo mas bonito que hay.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad