Cuánto interés empezamos a tener los mayores para esta sociedad de consumo, cuánto trabajo y cuánto beneficio a hoteles y balnearios propiciamos, cuestión que por ... lo último leído, posiblemente traspase nuestras fronteras y siempre auspiciado con el dinero de todos. En Oriente, parece ser que ya existen trenes de plata donde se supone que los mayores envejecen activamente en unos largos viajes, cuyos pasajeros costean el envejecimiento que le preparan. Este estado de bienestar del que tanto presumimos me está haciendo creer que el envejecimiento activo se consigue únicamente a través de productos mercantiles promocionados por empresas totalmente preocupadas por dirigir nuestras mentes, muchas ya cansadas, a un consumismo feroz en el que se incluyen, si acaso, algunos ejercicios matutinos y unos bailes nocturnos, de tal forma que están consiguiendo con el dinero de todos, mantener y convertir a hoteles de algunas localidades de nuestro país, en verdaderas residencias de mayores autónomos y con capacidad económica para este desenfreno consumista sin intervención económica del Imserso.
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Mientras, muchos pueblos continúan sin aquellos servicios que precisan los mayores o sin absorbentes para estos que lamentablemente ya son asistidos, por ejemplo. No, el envejecimiento activo es algo más que todo esto, es algo que se conseguiría mayoritariamente y con plena igualdad si se trabajara informando para ello, y sin restarle tiempo al juego de la petanca, al juego de azar en el bar con los amigos, como antes, o a la huerta mañanera donde se envejece interesadamente con los tomates, los calabacines, etc., a poco coste.
Mantengo que el envejecimiento activo, pasa por trabajar para encontrar por qué y para qué se quiere seguir envejeciendo, más o menos que todos los que podamos tengamos un proyecto de vida y trabajemos por compartirlo. Nos imaginamos todo lo que podemos hacer los mayores por y para los mayores que lo necesiten, de forma absolutamente voluntaria. Se imaginan los políticos cuánto pueden contribuir a esta labor de promoción de un envejecimiento activo, que sea de verdad compartido socialmente para el bienestar de todos y además sin intereses. Piénsenlo, al principio puede ser complicado, pero a más largo plazo el éxito estará garantizado y seguro que la sociedad será más generosa y comprometida.
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