Aunque no siempre, que se lo digan a los trabajadores del campo, a veces pasa que no ya las movilizaciones, sino solo la amenaza de ellas, da resultado. El último ejemplo claro en esta región lo hemos visto esta semana. El Sindicato Médico de Extremadura ( ... Simex) ha desconvocado la huelga prevista para este jueves y viernes porque tres días antes el SES ha dicho sí a sus peticiones.
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Reivindicaciones que no eran ni mucho menos nuevas en algunos casos, como el aumento del precio por la hora de guardia, los incentivos económicos para que no continúen vacías las plazas de difícil cobertura o la contratación de más profesionales para completar las plantillas; y a las que se han sumado, especialmente tras la pandemia, otras centradas en la reorganización de la Atención Primaria, en la necesidad de reducir el número de pacientes que los médicos de cabecera pueden asumir en una mañana, para rebajar su sobrecarga laboral y también la espera de los pacientes para recibir atención en el centro salud.
Peticiones, por eso, que Simex llevaba años en unos casos, meses en otros, reclamando con el argumento de que no se puede normalizar una sanidad pública deficitaria, la merma en una atención con repercusión directa en los ciudadanos.
Así que como sus demandas no eran atendidas, el sindicato decidió emprender movilizaciones. Primero, concentraciones de protesta en los hospitales extremeños. Después, establecer dos días de huelga –los pasados 26 y 27 de enero– y paros cada lunes desde el 30 hasta recibir respuesta a sus peticiones.
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El órdago le ha salido bien en un año marcado sin ninguna duda por la cita electoral del próximo mayo. Pues resulta que después de años de reclamaciones, movilizaciones y convocatoria de huelga incluida, han bastado tres reuniones, solo una larga, entre representantes del Simex y el SES para alcanzar un acuerdo. Esto es para que la Consejería de Sanidad haya dicho sí a reducir la agenda diaria de los médicos de cabecera, a subir el precio de la hora de guardia a los facultativos, a pagar más a los que ocupen plazas de difícil cobertura, a permitir que los mayores de 55 años que hacen noches en turnos rotatorios puedan no hacerlas y compensarles económicamente para que no se vean perjudicados en sus salarios, a subir el sueldo en Atención Continuada, a posibilitar que los médicos de cabecera puedan tener consulta también en horario de tarde y a contratar a más de 300 profesionales de diferentes categorías, médicos incluidos, para adaptar la plantilla sanitaria a las necesidades actuales de la sociedad y del sistema.
Tremendo despliegue de concesiones, parece que el SES ha decidido tirar la casa por la ventana, lleva a deducir que las movilizaciones no gustan en año electoral, que los médicos tienen razón en sus reclamaciones, que la solución al conflicto y a la merma de la atención sanitaria, pese a lo que han mantenido desde la Junta, sí es cuestión de pasta en buena medida y que el déficit de sanitarios, del que se viene echando mano para justificar las vacantes, es poco más que un cuento chino cuando se anuncian más de 300 contrataciones de una tacada.
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Así que, ante tamaña batería de medidas, la sensación es que o el papel lo aguanta todo o las cosas no se han querido hacer bien hasta el momento, y se ha preferido mantener un listado largo de carencias para perjuicio de los trabajadores del sistema sanitario público y de sus usuarios.
Pero si, aun con retraso y amenaza de huelga por medio, la batería de medidas pasan del papel a la realidad y la sobrecarga laboral de los facultativos desciende y su déficit deja de ser un problema y la atención a los extremeños mejora y se reducen las listas de espera, igual esta vez las carencias crónicas se corrijan.
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Veremos porque parece que las soluciones requieren muchos recursos económicos. Y, por el momento, el TSJEx ha obligado al Servicio Extremeño de Salud a pagar tres millones de euros a Ambulancias Tenorio por los servicios extra que prestó y no cobró entre 2017 y 2021, y el Tribunal de Cuentas ha vuelto a alertar sobre la insuficiencia financiera del SES. A su juicio no dispone de los fondos que necesita para asumir sus gastos y esto obliga a la Junta a recurrir al endeudamiento y a realizar continuas modificaciones de crédito para pagar las facturas sanitarias. El pasado año el Gobierno regional tuvo que recurrir al fondo de contingencia, destinado a cubrir gastos imprevistos, para pagar recetas.
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