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Editorial

Mejor sin Vox

El partido de Abascal demuestra que no está dispuesto a hacerse cargo de los problemas reales, porque se nutre de un imaginario contrario al patriotismo

Viernes, 12 de julio 2024, 07:57

La llegada acordada con el Gobierno Central de grupos reducidos de menores no acompañados también a las comunidades presididas por dirigentes del PP ha llevado a Vox a abandonar los cinco gobiernos –los de Castilla y León, Aragón, Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia– de los ... que formaba parte en coalición con los populares y retirar asimismo su apoyo parlamentario al de Baleares. Una ruptura advertida previamente y confirmada anoche por Santiago Abascal que los de Alberto Núñez Feijóo parecen haber aceptado con indisimulada satisfacción. La conferencia sectorial del miércoles en Tenerife ha sido poco más que una excusa para que la latente confrontación entre la extrema derecha y la derecha acabase echando abajo los puentes de la corresponsabilidad institucional. Vox prefiere demonizar a esos menores, sin conceder cobijo siquiera a unos pocos de ellos, antes que naturalizar su presencia en el tablero político gobernando con el PP. Prefiere labrarse un espacio propio y sin condicionantes, para confrontarse así con el centroderecha de Núñez Feijóo en busca de la hegemonía sobre la mitad de ese tablero tras adscribirse a una de las dos ultraderechas en que tiende a dividirse esa versión del populismo en la UE, Patriotas por Europa; la más reacia a aproximarse a unos mínimos comunes para la convivencia.

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