
El Mercado de Sal
CAMINO A ÍTACA ·
TROY NAHUMKO @TROYNAHUMKO
Sábado, 28 de agosto 2021, 10:48
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CAMINO A ÍTACA ·
TROY NAHUMKO @TROYNAHUMKO
Sábado, 28 de agosto 2021, 10:48
El zoco al-milh es uno de los mercados al aire libre más grandes de la antiquísima ciudad de Sanaa, Yemen. En él, el tiempo ... no está marcado por el paso de los siglos, sino por milenios en la que es una de las urbes habitadas más antiguas del mundo. Las enormes puertas de la ciudad amurallada aún se cierran todas las noches y, hasta hace relativamente poco, se podían encontrar las manos cortadas de ladrones clavadas en la madera, subrayando la visión de la ley del Antiguo Testamento. Bajo las sombras de estas torres de tapia, el adjetivo 'bíblico' supera a 'medieval' en cualquier intento de describir las vistas, los sonidos y los olores.
Los comerciantes ofrecen de todo, desde cardamomo de las tierras altas de Kerala hasta muy codiciadas pistolas del País Vasco. Aquí el incienso y la mirra todavía se comercializan comúnmente como productos básicos del día a día. Si se profundiza en el mercado, se observa a los joyeros vendiendo oro, dagas ceremoniales, ámbar gris y corales del Mar Rojo.
Pero lo que siempre me fascinó entre todas las joyas tradicionales fueron las preciadas gemas de color azul real que parecían haber sido extraídas de los pliegues de tela de cuadros de Miguel Ángel. Estos eran algunos de los artículos más caros y cuando les pregunté a los comerciantes por qué, citaban un proverbio: «Si no quieres morir, evita el valle del río Kokcha, el valle donde se extrae el lapislázuli». ¿Y dónde se encuentra dicho valle? En una de las zonas más remotas y de difícil acceso del planeta, la provincia de Badajsán en Afganistán.
Afganistán, el cementerio de los imperios, ha vuelto a aparecer en los titulares, ya que los líderes tribales dieron a los estadounidenses y sus aliados una lección de historia que seguramente se repetirá (¿China?). Opiniones han fluctuado desde que los talibanes entraran en la capital. Muchos pacifistas se ven impulsados por proteger a las mujeres que han experimentado una pizca de libertad, al menos en Kabul, durante los últimos 20 años. Aunque se deba a la intervención militar a la que siempre se habían opuesto.
Pero los análisis más enredados de la debacle provienen de los comentaristas occidentales conservadores que observan esta tragedia en cámara lenta con un regodeo tan entusiasta. Parece que no pueden contener su deleite en subrayar la barbarie que se avecina con la reimplementación de la ley sharía y el atraso que supone basar las leyes de un país en textos de la edad del hierro creados por hombres sin ninguna noción de algo tan básico como la teoría microbiana.
Y aquí tienen toda la razón.
Las leyes de un país deben basarse en la razón, no en la fe. Las leyes deben ser discutidas, cuestionadas y adaptadas. Los pergaminos religiosos son, por su propia naturaleza, inmutables. Son dictados de un dictador celestial que no se pueden cuestionar y quizás, solo con el tiempo y la presión social, se puedan 'interpretar'. Solo espero que, a raíz de tal tragedia, se den cuenta de que el error no es una cuestión de qué texto religioso se elige para basar las leyes, sino el hecho de elegirlos.
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