![El consejero hooligan](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/10/28/consejero%20economa-RZoGdG3r7WShYCj61vbJ9VM-1200x840@Hoy.jpg)
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Abrir el melón localista siempre es peligroso y a menudo irresponsable. Los alcaldes populistas suelen conseguir el amor de sus vecinos a veces poniendo el árbol de navidad más grande, pero normalmente a costa de enfadar a los de la ciudad de al lado. Buscar ... un enemigo común une mucho y da réditos electorales. También resulta frecuente que las tribunas políticas estén más calientes que la propia calle, es decir, que la crispación entre los miembros de los distintos partidos no tenga reflejo posterior entre la ciudadanía, más dedicada a sus cosas, pero eso puede cambiar en cualquier momento si se prende la mecha adecuada y puede que ya esté sucediendo con el tristemente famoso que te vote Txapote. Los gobernantes, esos señores y señoras que suelen aparecer en los medios de comunicación, deben ser cuidadosos con no alentar enfrentamientos ni caer en posiciones populistas que ganan el aplauso de su bancada, logran un titular fácil y, además, el favor de las tertulias de barra de bar, pero que dejan el poso de la discordia. No están ahí para eso.
Citaba antes a los alcaldes a modo de ejemplo porque son ellos los que suelen azuzar ese modo populista de hacer política, y hasta les concedemos un mayor margen para ese ejercicio localista por su propia condición de primer vecino. Lo que no vimos venir es que ese tipo de política irresponsable fuera practicada de modo tan burdo por un gobernante regional que debería velar por los intereses de todos los extremeños y no contribuir con sus palabras, nada improvisadas sino escritas en un papel, al enfrentamiento entre ciudades.
Ha sucedido esta semana en el Parlamento autonómico con el consejero de Economía, Empleo y Transformación Digital, Guillermo Santamaría, quien para defender su tesis de la poca atención que ha prestado la Junta de Extremadura en épocas pasadas a la ciudad de Badajoz, lo que es discutible pero sin duda puede resultar un asunto de debate, no ha encontrado mejor modo que afear lo conseguido por Cáceres, Mérida o Villanueva de la Serena, cuyas palabras sobre su fiesta de la tortilla desde la tribuna de la Asamblea ya sonaron a mofa. ¿Cómo puede ser esto? ¿Se entendería que el consejero de Economía de Andalucía, para defender a Sevilla, dijera que lo conseguido por Málaga es injusto, o que una fiesta de Cádiz debería recibir más dinero que otra de Huelva?
Santamaría lleva tres meses en política, y tal vez eso ayude a entender sus salidas de tono, como su insistencia en difundir que había empresas que descartaban la plataforma logística de Badajoz por los problemas de potencia eléctrica, circunstancia desmentida por Amazon, por Red Eléctrica, por Endesa y, en el colmo del surrealismo, por la propia Consejería, pero con el daño ya hecho ante potenciales inversores. No digo que su reciente llegada a la política ayude a explicar su comportamiento como el de quien está pagando la novatada, sino que después de haber ocupado puestos de responsabilidad en el mundo de la empresa, el consejero cree que en el plano de la política donde se estrena puede hablar sin el rigor ni la prudencia reservados para esos otros ámbitos, y por eso ahora se expresa con la ligereza de quien parece asumir que en política sí vale todo mientras sirva para castigar al adversario, sin medir ninguna otra consecuencia.
Esta concepción de la política como el terreno abonado para el 'hooliganismo' resulta realmente preocupante. El titular de Economía debería ser más consciente, o se lo tendría que recordar quien le ha nombrado, que la empresa para la que ahora trabaja está formada por todos los extremeños, y el cargo recientemente adquirido le exige actuar con la misma o más prudencia y responsabilidad que emplearía en otros ámbitos. Eso es algo que deberían aplicarse muchos otros políticos, es cierto, pero es peor si lo practican los recién llegados, los llamados a renovar la gestión pública, porque los ciudadanos no se merecen menos que los accionistas.
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