![Nenúfar o el arte de echar balones fuera](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/10/05/nefufarrrrrrrrr-R97tOCyQCzh0MH5WkWicEkL-1200x840@Hoy.jpg)
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A los ciudadanos de Badajoz, y a cualquiera que visite la ciudad, cada día les cuesta más intuir la lámina de agua del Guadiana invadida ... por el nenúfar mexicano. El paisaje azul se ha transformado en verde. La presencia de la planta invasora no se ha producido ni en un día ni en dos, lógicamente, pero las administraciones competentes de preservar la 'salud' del río a su paso por la capital siguen tirándose tuits a la cabeza.
Que haya discrepancias entre los distintos niveles de la Administración ni es nuevo ni es esencialmente negativo, a veces implica que velan por la gestión que les corresponde y del presupuesto que tienen asignado. Pero lo que la sociedad les demanda, en aquellas cuestiones que lindan y la solución resulta más compleja, es que aporten luz y no un ejercicio supremo de echar balones fuera.
Si los ciudadanos nos sentimos desalentados en ocasiones por deficiencias que se prolongan en el tiempo, lo que nunca debería faltar a quienes nos gobiernan es al menos la voluntad de intentar resolver un problema. Y en el caso del nenúfar mexicano es lo que hasta el momento se ha observado, con esa estrategia mediocre del cuanto peor, mejor para mí.
No cabe interpretar de otra manera que ni el ayuntamiento de Badajoz ni la Junta de Extremadura respondieran durante más de un año a la propuesta de convenio de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para la retirada de la planta invasora. Si no estaban de acuerdo con el planteamiento que se les hacía, hay que decirlo en el lugar adecuado; si consideran que hay una dejadez de funciones o se percibe un trato desigual, hay que exigir que se corrija; si se tiene una visión distinta, hay que defenderla, pero no consta que nada de esto se haya hecho con la insistencia debida cuando hay detrás una voluntad firme de llegar a lo único que debería importar, que es encontrar una solución al río. Solo después del ultimátum público dado esta semana por la CHG se ha fijado una reunión, para el día 15, y la Junta además ha anunciado inversiones propias.
Por el contrario, sí se sabía que el ayuntamiento del PP bendijo enseguida y mostró su interés por estar presente en la manifestación del 19 de octubre en contra de la CHG, un organismo dependiente de una Administración gobernada por un partido distinto, el PSOE. ¿De verdad que todo se reduce a eso, a fastidiar al adversario político aunque sea a costa de la propia ciudad?
El alcalde, Ignacio Gragera, debería ser consciente de que todo lo que ocurre en Badajoz es responsabilidad suya y de su equipo. La responsabilidad de encontrar las soluciones. No pagar las medidas correctoras a todo lo que surja, eso es algo muy distinto, y según qué cosas fuera del alcance de un ayuntamiento, pero sí la de decirle al ciudadano: tenemos este problema en la ciudad y esta es la solución que he encontrado. Pero para eso se necesita que la gestión no quede solapada por el interés político.
No se puede tener más horas puesto el traje de opositor que el de alcalde, aunque todos estemos de acuerdo en que resulta más cómodo y menos comprometido. Ni es razonable practicar el victimismo culpando a los demás de todos los problemas que tiene el vecino de Badajoz. Ya pasó con la seguridad en el casco antiguo. Tampoco parece aconsejable que a esa actitud victimista se le añadan gotas de localismo, nunca se sabe a dónde puede conducir un planteamiento rancio y casi siempre sin base real.
En Extremadura se suelen notar más tarde las tendencias, también las económicas y las políticas. El PP nacional ha cambiado algo esta semana el chip y ha hecho propuestas en positivo, en materia de vivienda por ejemplo. También en la región se puede practicar el espíritu de llegar a acuerdos con otros aunque no sean de tu propio partido. Pero, además, Ignacio Gragera, con su mayoría absoluta y con la Junta esta vez de su mismo signo político, tiene ante sí una gran oportunidad para que la presente legislatura deje huella en el impulso de la capital pacense y la ciudad dé un importante paso adelante. La oportunidad y la responsabilidad.
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