El run run electoral

Guardiola puede tener la tentación de adelantar las elecciones ante el permanente chantaje de Vox y la fuerte división del PSOE, donde Gallardo ha confudido la aguja con el bisturí, o la katana

Pablo Calvo

Badajoz

Sábado, 7 de diciembre 2024, 22:55

El tacticismo que impregna la política actual lleva camino de arruinar la presente legislatura extremeña, de duración incierta en estos momentos. El gobierno de María Guardiola ya no esconde públicamente que el adelanto electoral está encima de la mesa, después de que Vox volviera a ... tensar la cuerda con la inmigración. Si ya abandonaron varios gobiernos autonómicos, entre ellos el de Extremadura, por su intransigencia en este punto, echar para atrás unos presupuestos parece bastante probable.

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Así las cosas, el PP tendría la opción de la prórroga presupuestaria, la decisión lógica desde el punto de vista de la gestión pública; o convocar elecciones si prima el cálculo político, con la excusa perfecta (desprenderse del permanente chantaje de Vox desde Madrid) y aprovechando la debilidad del PSOE extremeño, más dividido y crispado que nunca.

La tentación es muy grande y el poco interés demostrado hasta ahora por negociar las cuentas así lo deja ver. Pero en contra del adelanto electoral juegan, no obstante, otros factores. El primero, que Guardiola no tiene garantizado que volver a las urnas le dé la mayoría absoluta, aunque mejorase su resultado. Sería correr un riesgo de escaso provecho si volviera a estar en manos de un Vox que no cae entre los votantes.

Además, ella también debe obtener el plácet de Madrid, que tiene otras cinco comunidades en parecida situación. Desviar la presión sobre Moncloa con varias campañas autonómicas no es lo que más puede interesarle a Feijóo, a no ser que el líder del PP demuestre otra vez que Extremadura no forma parte de sus prioridades y deje hacer.

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Volver a las urnas no garantiza a la presidenta de la Junta el obtener mayoría absoluta, aunque mejore los resultados de 2023

En cualquier caso, lo cierto es que este tacticismo político de unos y otros mantiene la legislatura extremeña al ralentí, con rebajas fiscales que duran un mes, sin visos de nuevos presupuestos, los puentes rotos entre los cuatro grupos políticos de la Asamblea y con un gobierno regional subido a la ola buena de la economía (paro, exportaciones, turismo, fondos extras), pero ocupado en sacar adelante el día a día, ni menos, ni más. Y si algo va regular o no va, se le echa la culpa a Pedro Sánchez.

En realidad, los socialistas se bastan ellos solos para sacarse los colores. Tras el paso adelante dado por Esther Gutiérrez, vicepresidenta de la Diputación de Cáceres y exconsejera ocho años de Guillermo Fernández Vara, el PSOE se enfrentará a sus segundas primarias en menos de un año.

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Se le reprocha a Miguel Ángel Gallardo no haber entendido el mensaje cuando en marzo ganó con un resultado mucho más ajustado del que siempre hubiera pensado, y aunque es obvio que está en su derecho de formar sus equipos y tomar sus decisiones, no puede esperar que le hagan la ola si emplea la katana contra el último militante que no le votó. En un tiempo récord, el actual secretario general ha abierto más heridas internas de las que ha conseguido coser porque ha confundido la aguja con el bisturí.

Esther Gutiérrez ha dado el paso de retar a un Gallardo sin generosidad interna ni carisma externo para vencer a Guardiola

Tampoco de puertas hacia fuera ha sido capaz de generar, hasta el momento, demasiado entusiasmo entre los posibles votantes, ni demostrar una especial conexión con los ciudadanos, algo observado en su propio entorno. Nada que deje entrever que puede derrotar a María Guardiola y que el PSOE regrese al gobierno de la Junta a corto plazo.

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Esta falta de habilidad y generosidad interna y de carisma externo es lo que le ha empujado a una nueva reválida, que no se limita a una mera pelea provincial, que no tendría posibilidad de prosperar, ni guarda relación con su imputación en el caso Azagra, una circunstancia que le protege en cierta forma ante un Ferraz donde tampoco Gallardo es el más popular.

Si hubiera adelanto electoral en Extremadura, pues, el PSOE tendría muchas dificultades hasta para saber hoy quién sería su candidato o candidata, una tentación muy fuerte para Guardiola.

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