La A-58 y el Papa
ANÁLISIS ·
La conversión en autovía de la carretera Cáceres-Badajoz lleva a la espera desde 2019, pero ahora culpan a la invasión de UcraniaSecciones
Servicios
Destacamos
ANÁLISIS ·
La conversión en autovía de la carretera Cáceres-Badajoz lleva a la espera desde 2019, pero ahora culpan a la invasión de UcraniaJuan Pablo II visitó España y Extremadura en 1982, y muchas familias aprovecharon para ir a verlo de cerca. Por esa razón, a la hora de pasar lista en el aula, se hizo habitual la exclamación «ha ido a ver al Papa» como explicación de la ausencia y salvoconducto infalible para que el profesor no pusiera la correspondiente falta. La excusa de aquellos días se convirtió en frase de coña gritada por el más atrevido para colar, semanas y meses después de la visita, la ausencia de cualquier compañero que había decidido sin más saltarse la clase. He recordado la justificación fantasiosa cuando se ha informado que la conversión en autovía A-58 de la carretera Cáceres-Badajoz se ha paralizado por el alza del precio de los materiales.
Exactamente, ¿qué es lo que se ha paralizado? ¿Hasta que extremo se nos toma a los extremeños por ingenuos, por no decir otra cosa, cuando el Ministerio de Transportes achaca a la invasión de Ucrania el retraso de una obra que llevamos esperando que se licite desde septiembre de 2019, cuando ni siquiera habíamos comenzado la pandemia?
En estos días se conmemoran los 30 años del primer AVE, Madrid-Sevilla, diez años después de la histórica visita de Juan Pablo II. Nosotros, tres décadas más tarde, seguimos a la espera de tener un tren rápido en vías que se adaptarán a la alta velocidad cuando se acaben de electrificar, el año que viene como pronto. Y no llegaremos por supuesto hasta Madrid, serán viajes interiores.
El tema del tren, como todos ustedes saben, es sangrante. Las comunicaciones siguen siendo un lastre para el desarrollo de Extremadura, para sus proyectos industriales y para los viajeros: es casi imposible venir ida y vuelta en el día o salir de ella regresando a casa en la misma jornada. Los aviones todavía no han recuperado la frecuencia de vuelos prepandémicos cuando la normalidad para todo lo demás está al cabo de la calle. Y que nos tomen el pelo también con las carreteras parece demasiado.
Estamos vertebrados por la A-5, que inauguró Borrell recordándonos que se hacía por solidaridad interterritorial, no porque hubiera vehículos suficientes; y por la Ruta de la Plata, que suple la incomunicación ferroviaria con el oeste y norte español. Luego disponemos de autovías autonómicas, sin rematar hasta la frontera portuguesa. Y ya está. El resto de los proyectos o están olvidados o aparecen con escuálidos presupuestos para arañar algún titular muy de vez en cuando confirmando que faltan lustros para que sean realidad.
En 2019 la Junta acordó pasar al Gobierno central la titularidad de la carretera entre las dos capitales de provincia para agilizar su conversión en autovía. En septiembre de ese año el Ministerio de Transportes reconocía que todo estaba listo para licitar la A-58, aunque sin tirar cohetes: un primer tramo, apenas siete kilómetros a la salida de Cáceres. Ese comienzo nunca se ha llegado a licitar. Faltaban dos años y medio para que Putin decidiera invadir Ucrania.
Los Presupuestos Generales del Estado solo han incluido en este tiempo cuatro millones de euros de los 74 del tramo inicial y de los más de 540 millones que cuesta la autovía al completo. Siendo generosos, nos daba para un kilómetro.
Ni siquiera se ha llegado a cumplir con esa mínima parte y nunca nadie ha dado explicaciones sobre el retraso de algo que se vendió como una aceleración del proyecto. Sencillamente, no se ha hecho porque no ha habido voluntad de destinar dinero de verdad. Vara anunció la licitación para 2020; los diputados socialistas para 2021; el pasado enero, la consejera extremeña de Movilidad para 2022. Pero Rusia invadió el 24 de febrero Ucrania y se nos dice que sus consecuencias han paralizado el proyecto.
En una de estas le preguntaron al entonces alcalde de Badajoz Francisco Javier Fragoso por la buena nueva de la autovía: «Yo, como santo Tomás: hasta que no lo vea...». De momento, ven a Putin como nosotros al Papa de excusa.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Descubre la fruta con melatonina que te ayudará a dormir mejor
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.