
Absentismo: un problema estructural
PILAR COSLADO
Jueves, 3 de abril 2025, 07:42
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PILAR COSLADO
Jueves, 3 de abril 2025, 07:42
Cada día, en Extremadura, 6.000 personas no acuden a su puesto de trabajo sin justificación alguna. Es decir, no están de baja, ni de ... vacaciones, ni de permiso. Simplemente, no van.
Pero este no es el único dato preocupante. Otros 20.000 trabajadores faltan cada día a su empleo por estar de baja médica. No se trata de cuestionar la legitimidad de estas bajas, sino de analizar sus efectos y las dificultades que generan en el tejido productivo.
Más allá de si la tasa de absentismo en Extremadura es mayor o menor que la media nacional, lo realmente alarmante es que nuestra región se ve especialmente afectada por este fenómeno debido a la composición de su tejido empresarial. El 98% de las empresas extremeñas son pymes o microempresas, muchas de ellas con menos de cinco empleados.
En una gran empresa, la ausencia de un trabajador genera una carga de trabajo adicional al resto del personal, que puede redistribuirse entre una plantilla amplia, o incluso resolverse con contrataciones temporales. Sin embargo, en una pequeña empresa, con tres o cuatro empleados, la baja de un solo trabajador supone una sobrecarga difícil de asumir.
Frente a este problema, cabe preguntarse: ¿Cómo lo resolvemos? ¿Contratamos a alguien para cubrir esas ausencias? En el caso del absentismo injustificado, no hay solución viable: nadie puede prever qué trabajador decidirá no presentarse sin avisar, un día sí y otro también. Y en el caso de las bajas médicas, tampoco es fácil: en muchos sectores simplemente no hay trabajadores disponibles para reemplazos.
A esta dificultad hay que añadir otro factor clave: la lentitud del sistema sanitario público a la hora de gestionar los tratamientos, lo que se traduce en bajas de larga duración. La mayoría de los trabajadores que están de baja no lo desean, pero se ven atrapados en una maraña de retrasos burocráticos y colapso del sistema sanitario.
Si una persona sufre una enfermedad común, el proceso para obtener un diagnóstico y tratamiento puede prolongarse hasta seis veces más que si la dolencia ocurriera en el trabajo. Esto se debe a que las citas con especialistas, las pruebas diagnósticas y las intervenciones quirúrgicas tardan meses en llegar. Mientras tanto, la persona sigue de baja y la empresa sigue asumiendo una pérdida de productividad.
¿No hay forma de mejorar esta situación? Sí, la hay. Y no implica privatizar el sistema sanitario, sino gestionar mejor los recursos existentes.
Una posible solución sería permitir que las bajas médicas, independientemente de su origen, fueran gestionadas directamente por las mutuas en cooperación con los servicios públicos de salud. Actualmente, estas entidades ya se encargan de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, ofreciendo atención rápida y eficaz. Si se les diera también la responsabilidad sobre las bajas por enfermedad común, el diagnóstico y el tratamiento se agilizarían, reduciendo los tiempos de baja.
Esto supondría un doble beneficio. Para los trabajadores, porque recibirían un diagnóstico y tratamiento más rápido, evitando la incertidumbre y el desgaste psicológico de una espera indefinida. Para las empresas, porque reducirían el impacto de las bajas prolongadas en su funcionamiento y productividad.
Además, esta medida aliviaría la sobrecarga del sistema sanitario público, permitiéndole concentrarse en los casos más graves y urgentes.
Pero qué podemos hacer con el absentismo injustificado. Con los 6.000 que no van a trabajar porque no quieren. ¿Qué podemos hacer las empresas cuando, cada día, miles de personas deciden no ir a trabajar?
Aquí no hay soluciones fáciles, pero lo que está claro es que un mercado laboral serio y responsable no puede permitirse esta situación.
El absentismo laboral tiene un impacto real en la economía. Afecta a la productividad, a las arcas de la seguridad social y, en última instancia, al empleo y al bienestar de todos. Buscar soluciones no es solo una cuestión empresarial, sino un reto de toda la sociedad.
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