
Educar la mirada
Un pájaro en mi ventana ·
Pilar López Ávila
Martes, 26 de diciembre 2023, 08:22
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Un pájaro en mi ventana ·
Pilar López Ávila
Martes, 26 de diciembre 2023, 08:22
Ninguna de las informaciones que nos han llegado en los últimos días relacionadas con la educación –«penuria expresiva» y «dificultad para comprender», que dice la ... RAE; o disminución del porcentaje de «excelencia» frente al aumento del de «deficiencia, que lleva a la carencia de competencias mínimas», según el temido informe PISA–, nos pilla por sorpresa. No hay nada nuevo bajo el sol, desde hace tiempo la educación no remonta el vuelo y cuando empieza a hacerlo viene una ley que pone otra vez peso en las alas. Seguimos dando bandazos, el cambio constante de leyes a conveniencia de los que gobiernan causa gran desconcierto, los comienzos para aplicarlas son difíciles y cuando por fin empezamos a rodar, aparece otra ley que lo desbarata todo y vuelta a la casilla de salida. Los frutos de la educación no se recogen a corto plazo, así que «cuán largo me lo fiais, amigo Sancho»…
En mi opinión, habría que blindar la educación para que no sea vapuleada por leyes que van y vienen. Que las mejoras las propongan los que están al pie del cañón: padres, madres y profesorado. Que sea revisable y modificable con el devenir de los tiempos, que no se estanque, sino que avance con ellos, siempre pensando en la mejora del educando. Pero, ¿por dónde empezar?
Me parece muy acertada, por ejemplo, la propuesta del Ministerio de Educación de prohibir los móviles en Primaria y ESO durante el horario lectivo. Aunque en muchos centros su uso ya está regulado desde hace tiempo, existiendo la prohibición de llevar o exhibir el móvil en clase, pasillo o patio, somos conscientes de que es lo primero que se echa en la mochila y de que la mayor parte del alumnado lo lleva encima toda la mañana. Por tanto, está bien reforzar esta medida desde esferas más altas. Yo iría más allá: disuadir (ya que no se puede prohibir) a progenitores y demás familiares de regalar móviles a edades tempranas, resistiendo a la presión social y a la temida frase «todos tienen móvil, menos yo». Los móviles han traído cosas buenas, pero el uso excesivo de redes sociales no solo les afecta a ellos, a los más jóvenes, nos afecta también a los adultos.
Entonces, ¿son los móviles los culpables? El mal uso que de ellos hacemos, sí. Si consiguiéramos evitar la tenencia y uso de móviles a edades tempranas podríamos educar la mirada. Qué concepto tan bonito. Mirar el mundo en vivo y en directo, no a través de una pantalla. Levantar la vista y asombrarse. Estimular la curiosidad para descubrir, tener miles de razones para querer aprender, hacerse preguntas y buscar respuestas: qué pasa a mi alrededor, cómo y por qué transcurre así mi vida en el entorno en el que me ha tocado vivirla. Educar la mirada. Y luego vendrá todo lo demás. El lenguaje para comunicarse. La escucha activa de los que guían el aprendizaje. La adquisición de competencias para desenvolverse. Volver a generar ilusión, que es el motor que ha de movernos.
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