La placidez de Salaya
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Se ha acostumbrado a gobernar tranquilo gracias a Teófilo Amores y pese a los avisos que a veces le lanza Unidas PodemosA Unidas Podemos, el principal apoyo del gobierno municipal del PSOE en Cáceres, no le satisface el grado de cumplimiento del pacto que tiene firmado ... con los socialistas y el jueves lanzó un aviso a navegantes: «Si el pleno de los presupuestos fuera mañana, votaríamos que no», advirtieron desde su grupo. «Entonces tenemos suerte de que no sea mañana», respondió un Luis Salaya cada vez más socarrón en sus comparecencias públicas, quizás porque tiene claro que la amenaza de la formación morada de dejarle sin soporte para sacar adelante las cuentas es más una pose de cara a las bases que una posibilidad real. No es la primera vez que se pone en entredicho la continuidad del acuerdo, y en el equipo de gobierno saben que todo puede solucionarse con un poco de negociación. La presencia en Cáceres al día siguiente de la líder regional de Podemos, Irene de Miguel, para reforzar ese mensaje de descontento con el rumbo que lleva el PSOE podría hacer pensar que esta vez van en serio y que el acuerdo peligra si, como ellos dicen, Salaya no «se pone las pilas». Lo iremos viendo en las próximas semanas, aunque el alcalde no parece preocupado y confía en que, como ha pasado otras veces, el diálogo calme las aguas.
Y es que, más allá de estos avisos periódicos por parte de sus socios naturales, Luis Salaya se ha acostumbrado a gobernar con tranquilidad, algo que parecía imposible hace menos de tres años, cuando las urnas arrojaron unos resultados con más suma de concejales entre PP, Ciudadanos y Vox (13) que entre PSOE y Unidas Podemos (12). La abstención de Cs en la investidura le permitió hacerse con el bastón de mando, pero parecía abocado a gobernar en minoría y tener que pelearse en las mesas de negociación para sacar adelante cada iniciativa de su programa. Nadie, ni el propio Salaya, contaba con que tan solo tres meses después de la investidura, en octubre de 2019, Teófilo Amores abandonara Vox para pasar a ser concejal no adscrito, y menos aún con que desde entonces se convirtiera, como ha ocurrido, en el aliado más fiel del gobierno del PSOE, al que no ha fallado en ni una sola de las votaciones importantes. De hecho, a día de hoy Amores es el único edil de la oposición que ha anunciado ya que respaldará los presupuestos de 2022, mientras desde Vox no dejan de acusarle de viciar los votos de los cacereños con los que logró el acta de concejal y de exigirle, sin éxito, que la devuelva.
El respaldo sin fisuras de Amores y el pacto con Unidas Podemos, con el que el PSOE ya contaba desde el principio, han condenado a la irrelevancia los votos del PP y Cs durante casi la totalidad de la legislatura, de manera que Luis Salaya y su equipo han podido administrar el Ayuntamiento con la mayor placidez a lo largo de estos casi tres años, sin apenas sufrir el desgaste que genera la crispación diaria y el verse obligado a estar permanentemente llegando a acuerdos hasta para los asuntos más nimios. Eso provoca también que la oposición esté transitando por la legislatura en segundo plano y con poco que aportar. Todo sumado va dejando a Salaya en una posición de salida de cara a las elecciones del próximo año bastante mejor de la que se esperaba cuando se convirtió en alcalde.
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