Se viene hablando desde hace tiempo de la gran fábrica de baterías en España. Todo ello comenzó cuando la ministra Reyes Maroto declaró que se podría instalar cerca de Martorell (Barcelona), porque allí se encontraba el cuartel general de Volkswagen en España. Inmediatamente una serie ... de presidentes autonómicos, entre ellos Guillermo Fernández Vara, se ofrecieron para albergar la mencionada factoría. En diciembre pasado, fuentes de Volkswagen informaron que de todos los candidatos quedaban dos como las más adecuadas para albergar la mencionada factoría: Sagunto y Extremadura. Esto no es ni mucho menos baladí, ya que supondría una inversión de 2.000 a 3.500 millones de euros y se podrían crear hasta 5.000 empleos, y además, la puesta en marcha de una gigafactoría de este calibre, puede ser catalizador de un mayor desarrollo industrial. Se indicaba que la empresa cuenta con el respaldo del Gobierno central.
Es una inversión multimillonaria que se beneficiará de los fondos Next Generation (Plan de recuperación postcovid para Europa) y que entrará en el Proyecto Estratégico (Perte), que Seat-Volkswagen presentará a la convocatoria de ayudas a la transformación del sector del automóvil que el Ministerio de Industria publicará próximamente. También se hizo público que aunque Volkswagen quería situar su gigafactoría en Martorell, desde Bruselas se obligó al consorcio Seat-Volkswagen, a destinar sus inversiones en las regiones con menor renta per cápita y esto es lo que excluye al resto de ciudades y regiones o ejes industriales de la lucha por la factoría quedando finalmente Extremadura y Sagunto, aunque no debiera descartarse alguna más.
Ante esto, veamos cuales son los puntos fuertes de Extremadura.
Una gigafactoría de este calibre puede ser catalizador de un mayor desarrollo industrial
En relación con los índices económicos y demográficos, Extremadura es una de las regiones con menor renta per cápita de España, y con un PIB muy bajo, de las últimas, y además, en clara regresión demográfica con la despoblación castigando a varias de sus localidades importantes, entre ellas Badajoz, que en el último patrón pierde habitantes. En cambio, Sagunto tiene la cifra de población más alta de lo que va de siglo, y con unos polígonos industriales muy importantes y una economía muy desarrollada.
Tanto la plataforma logística de Badajoz (Suroeste Ibérico, 368 hectáreas) como Espacio Navalmoral (336 hectáreas) tienen espacio industrial muy desarrollado y que puede acoger perfectamente la factoría, ya que según declaraciones de Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y miembro del consejo de supervisión de Volkswagen, se necesitan un millón de metros cuadrados (100 hectáreas) para acoger la gigafactoría.
Ya se conoce que Sagunto tiene un buen puerto marítimo y que la Generalitat quiere mejorar la conexión ferroviaria entre Valencia y Sagunto, que hay conexión ferroviaria entre Sagunto-Teruel- Zaragoza y que se está mejorando la conexión Valencia a Barcelona, y además hay conexiones con la A-3 y A-7. Pero en Extremadura, hay una gran Plataforma logística con su terminal ferroviaria y conexiones entre Espacio Navalmoral y Espacio Mérida, tanto ferroviaria (LAV), como por la A-5, está próxima a Portugal y de los puertos de Sines y Lisboa (200 kilómetros) con una conexión ferroviaria de altas prestaciones que se concluirá a principios de 2023 por la empresa ferroviaria portuguesa. En cuanto a la conexión con Martorell y Lamdaben (Pamplona), los dos puntos de recepción de baterías, la línea férrea de Mérida a Ciudad Real y Manzanares se va a incluir en la Red Transeuropea de Transporte (TET-T), lo que permitirá acogerse a las líneas de financiación del Banco Europeo de Inversiones para su modernización, además de tener aprobada la electrificación, y a punto de comenzar la obra. De esta forma a través de Zaragoza están garantizadas las conexiones anteriores, independientemente de las conexiones por autovía a través de la A-5 y la A-66.
Pero parece que no se habla de la otra fábrica que dispone el grupo Volkswagen en Pamela (Lisboa), que reconvertida permitiría la producción del vehículo eléctrico en el país vecino, con 3.000 puestos de trabajo y producciones de 101.000 vehículos al año y una conexión directa por autovía y ferroviaria con Extremadura a pocos kilómetros.
Si Sagunto tiene polígonos industriales con empresas del sector agroalimentario como Mercadona, Extremadura dispone de dos espacios logísticos y la plataforma del Suroeste Ibérico con empresas tales como Amazon, Monliz, Phi4tech, etc.
A esto habría que añadir que la factoría en Extremadura podría recibir mayores incentivos regionales en función de acuerdos entre el Gobierno de España y Bruselas y no conviene olvidarse del tema del litio. Extremadura, que tiene los mayores yacimientos de litio de Europa, no puede permitir que su potencial industrial y minero se vaya fuera de Extremadura como en tantas otras ocasiones, sin dejar nada a cambio, para beneficiar más a otras regiones de mayor PIB y renta que Extremadura.
Sagunto se queja de que el Estado tiene una deuda con ella después de la dramática reconversión de los años 80 (cierre de los altos hornos), pero Extremadura también reclama claramente la injusticia histórica de quedarse siempre postergada cuando se trata de instalar algo que constituye una oportunidad de progreso. Por ejemplo, es la única comunidad sin factorías de automóviles, vehículos y maquinaria.
Esta fábrica no solo ayudaría a la reconversión de la industria del automóvil, sino que permitiría el fortalecimiento de la dimensión social de la región debido a las oportunidades de empleo que se crearían y a la riqueza evidentemente creada.
Finalmente, si Sagunto pierde la gigafactoría, se le adjudicaría la planta de baterías que impulsa la Generalitat Valenciana a través de la Alianza Valenciana de Baterías liderada por Power Electronics, Ford, Iberdrola y otras grandes empresas, mientras que si la pierde Extremadura no quedaría nada y estaríamos como siempre.