¿Dan resultado las cumbres del clima como la de Egipto?

No se ha conseguido nada nuevo y se ha llegado a un absurdo tal como compensar y pagar por los daños causados a los países afectados por el cambio climático sin conseguir resolver y eliminar las causas que provocan esos daños

fernando lópez rodríguez

Martes, 17 de enero 2023, 07:52

Las últimas cumbres del clima como la celebrada en la ciudad egipcia de Sharm El-Sheikh, movilizan a casi 200 representantes de países de la ONU, incluso a jefes de estado, para conseguir escasos resultados, que al final no se cumplen o se retrasan. En ... el presente artículo nos referimos a las últimas cumbres y como verán, los resultados han sido decepcionantes, aplazando actuaciones obvias y necesarias a las siguientes cumbres. Tal vez habrá que cambiar las actuaciones y el modo de operación, dada la gravedad de la situación.

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Está claro que el calentamiento global no permite discusión y las catástrofes naturales hacen a la humanidad totalmente consciente de su presencia, lo que queda corroborado con evidencias científicas sobre las causas y efectos.

Sin embargo, las principales potencias y los países productores de combustibles fósiles se muestran reticentes e impiden la discusión en las cumbres para tomar decisiones sobre los combustibles fósiles, a pesar de que nos encontramos en el punto de no retorno que hace imposible el contener el aumento de temperatura en 2 ºC por encima de la etapa preindustrial.

Entre los acuerdos incumplidos en otras cumbres se encuentra el hecho de tener en cuenta las tremendas desigualdades del planeta y que se ha materializado en la decisión de destinar 100.000 millones de dólares anuales desde el año 2020 para ayudar a países en vías de desarrollo y que deben sustituir los combustibles fósiles que emplean.

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Está constatado que las medidas tomadas en la cumbre de Glasgow (la anterior a la de Egipto), o bien no se han cumplido, como ya se ha visto, o bien no han sido suficientes para contener el calentamiento en 1,5 ºC, puesto que los científicos indican que la temperatura global de la tierra está entre 1,1 a 1,3 ºC por encima de la preindustrial.

Por ello, se llega a la conclusión que las cumbres son totalmente insuficientes, pero imprescindibles. La batalla del clima no se gana en las COP, pero sin ellas, tampoco. Sin embargo, si no hay conductores para cumplir los compromisos, nunca se alcanzarán objetivos. Entre ellos están los desastres humanitarios que se deben evitar, ya que, según los científicos, las consecuencias del clima extremo originan cifras abrumadoras: 1.700 muertes, 3,3 millones de personas afectadas por pérdidas, y 7,9 millones de desplazamientos.

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Los fenómenos extremos han sorprendido en estos últimos años a europeos y norteamericanos. En el caso europeo han soportado un verano más caluroso desde 1880, con temperaturas que han doblado la media mundial. Los raíles del tren reblandecidos bajo el sol en Inglaterra y las márgenes secas del Rin o Doñana, prometen ser constantes si las cumbres no consiguen culminar con hechos en lugar de informes y palabras. Y en Estados Unidos la ciclogénesis explosiva Elliot ha originado múltiples desastres y temperaturas de -50 ºC.

No obstante, en la cumbre se han pronunciado palabras tales como «tenemos puesto el pie en el acelerador del camino hacia el infierno climático. La humanidad tiene que elegir entre cooperar o morir».

Lo que sí está claro es que las olas de calor han provocado el aumento de forma exponencial la propagación de enfermedades infecciosas a menudo de origen tropical como es el virus del Nilo, que ha subido un 149% en el sur de Europa. Cada vez se registran más muertes relacionadas con el calor, y en España, más que en ningún otro país de Europa. Los gobiernos siguen dando prioridad a los intereses de los combustibles fósiles (petróleo y carbón), denuncian los investigadores.

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¿Cómo continuó y terminó la cumbre de Egipto? Con mucha tensión entre todas las partes. Se le pidió a la UE y a los Estados Unidos que rebajasen más sus emisiones cuando se han comprometido ambos con los valores establecidos. Se sacó inmediatamente el caso de China, mayor contaminante a nivel mundial y sin embargo en algunos estamentos se le considera país en vías de desarrollo. Ambos amenazaron con abandonar la cumbre si seguían presionando el resto de los países. No obstante, la tensión se rebajó y se llegó a las conclusiones que a continuación se exponen.

El presidente Biden prometió que EE UU cumplirá con los límites de emisiones en 2030, con una ley de apoyo a las energías limpias como aval, pero sin llegar a los compromisos de cooperación.

El objetivo de no aumentar la temperatura por encima de 1,5 ºC apuntado en París se mantiene, pero no se han programado nuevos plazos de reducción de emisiones y el impulso de alternativas técnicas ha brillado por su ausencia, sin embargo, se señala que son necesarios 4 billones de dólares en renovables para alcanzar economías descarbonizadas en el 2050.

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Se crea un fondo de daños y pérdidas, una petición de los países afectados desde hace décadas. Con él se pretende resarcir el daño que el cambio climático ha creado y causará a los más vulnerables. No obstante, no queda claro quiénes son los donantes y cuales receptores. Un comité de transición trabajará para llevar una propuesta sobre quiénes y como contribuirán al fondo de pérdidas y daños en la cumbre de 2023.

Es decir, una decepcionante cumbre donde no se ha conseguido nada nuevo y en donde se llega a un absurdo tal como compensar y pagar por los daños causados a los países afectados por el cambio climático sin conseguir resolver y eliminar las causas que provocan esos daños, es decir contener el aumento de temperatura de la tierra, que seguirá provocando desastres.

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