
Sacándole los colores
troy Nahumko
Sábado, 4 de febrero 2023, 10:08
Secciones
Servicios
Destacamos
troy Nahumko
Sábado, 4 de febrero 2023, 10:08
Un fumador solitario y concienzudo se sitúa a sotavento de la variopinta multitud. Con cada calada comprueba su reloj y mira nerviosamente hacia la calle. ... Otros fumadores menos cuidadosos fumigan despreocupadamente a la multitud que les rodea, compartiendo su humo cancerígeno con los transeúntes. Bajo sus pies, baldosas llenas de reliquias de las legiones de insensibles fumadores que han esperado allí antes que ellos.
Garabatos impenetrables de grafiteros sin imaginación están tallados en los postes y pintados en las paredes. A la izquierda, un par de madres de mediana edad se compadecen de sus fútiles esfuerzos por minimizar el efecto del aumento del coste de la vida sobre sus carritos de la compra, mientras una joven familia de inmigrantes mima a un bebé envuelto en cálidas mantas en su carrito. El hermano mayor del bebé se sienta tranquilamente en su cochecito junto a ella, hipnotizado por la serie del teléfono móvil posado en su regazo.
Grupos de adolescentes hablan lo suficientemente alto como para cortar el tráfico circundante, destilan vitalidad y contrastan con los rostros inexpresivos y expectantes de los que les rodean. El tibio sol de la tarde brilla justo en el lugar donde los avispados jubilados se apiñan para atrapar los últimos rayos agonizantes. Los que sí han encontrado un asiento bajo el refugio esperan sentados como tortugas agazapadas mientras miran fijamente sus móviles.
Es una escena familiar que se repite en las ciudades de toda la región. Pero es cuando algunos despistados viajeros apuran para encontrar la todavía obligatoria mascarilla al subir al autobús cuando se dan cuenta de que no todos van a pagar el mismo precio.
Y es que el Gobierno central se ha ofrecido a subvencionar el 30% de los billetes de autobús hasta junio. Eso sí, siempre que los ayuntamientos aporten al menos otro 20% del coste. En Cáceres, los viajeros disfrutarán de un descuento del 50%, mientras que en Mérida han acordado el 100%.
Pero, ¿por qué no se gozan de las mismas ventajas en Badajoz y Plasencia?
La respuesta es sencilla, aunque ligeramente nauseabunda: política partidista.
En lugar de aceptar el gesto generoso, aunque claramente electoralista del Gobierno central, cada ciudad gobernada por la oposición ha tomado la decisión consciente de rechazar una medida que beneficia directamente a quienes utilizan el transporte público para desenvolverse en su día a día. En lugar de ofrecer algún alivio a quienes, desde todos los lados del espectro político, luchan por hacer frente a la crisis inflacionista, declinan la oferta en un vano intento de silenciar la medida.
De vuelta a la parada del autobús, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que falta alguien en la escena. Este retrato de la ciudad, reflejado en sus pasajeros de autobús, es cabal, pero algo incompleto. Me vienen a la mente las palabras del exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa. Palabras que quedarían mejor en la pared que todos esos garabatos sin sentido: «Una ciudad avanzada no es en la que los pobres pueden moverse en carro, sino una en la que incluso los ricos utilizan el transporte público».
Y entonces llego a una conclusión inquietante. ¿Será que hay algo más que política en su rechazo?
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mastodonte de Las Contiendas y las diferencias con un mamut
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.