De ordinario, nada, pero había días festivos en los que en el postre, tras el pollo pepitoria o cocinado como ella sabía, mi madre nos sorprendía con un cuenquito de macedonia de frutas. ¿Qué tenía aquel delicioso postre que tanto nos gustaba, y nos gusta? ¿ ... Serían aquellas gotas de licor que le añadía? ¿Era licor 43 o qué era? Es igual. Nos sigue encantando la frescura y conjunción de sabores. Ahora bien, ¿A qué ton eso de Macedonia? Siempre supimos que el Gran Alejandro era natural de aquella región griega, como sus progenitores Filipo y Olimpia. Macedonia, al norte de La Hélade, Grecia. ¿Es que fue allí donde inventaron y degustaron el sabroso postre afrutado? No lo creo, no creo que el topónimo tenga que ver con el revulú de frutas; pero, en fin, ahora se suele usar el nombre 'macedonia' para designar algo heterogéneo, múltiple y complicado. A ver si me/lo explico.

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¿Qué pasa en Ishe-phanim, en la tierra del río Iber, en Hispania? El bien y el mal andan a la greña, pero no acaban de enfrentarse de una vez por todas. El sabroso pulpo gallego de Melide, Camino de Santiago, por un lado y por otro un cretino que quiere borrar del mapa tradiciones ancestrales. Una magnífica fabada degustada en algún local de la calle Uría, o en la Escandalera ovetenses, y luego un tipo gordo y tuerto que nos amarga la mañana. Una belleza, o mil, por las calles cordobesas (¡cuánta guapura en sus damas!) y un resentido que desentierra la tragedia del pasado. El sugestivo paseo por La Rambla hasta Colón y un moro ilegal que violenta a una joven indefensa. Una ración de lechal en Villalcázar de Sirga y ese petimetre, con o sin gafas, engreído de su razón que nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino (¡Ay, si me lo dejaran en el ring y yo con 25 años!). Un paseo por El Sardinero, unas rabas en Puerto Chico y una turba de ecolatristas empeñados en cargarse las especies esteparias (ya no hay sisones, las avutardas languidecen y apenas se ven gangas y ortegas). ¿No queríais 'zepas'? Toma 'zepas'. Me tomaré unas chuletillas de cordero en Aranda con pan de Lerma, pero los demenciados asaltadores de féminas indefensas campan por sus respetos. ¿Novecientos crímenes no son nada? ¿Qué pasemos página? Sin un empate no habrá paz ni reposo, ya veréis. ¿Hay algo tan sabroso como una pata de cabrito en El Rincón de Pepe murciano? ¿Me vas a decir tú a mí cómo tratar a mi can amigo? Anda, échate para allá y ve a hacerle fotos a la calandria o al triguero, ecologista de pacotilla.

Al fin y a la postre, la patria es un maremágnum de escenarios maravillosos en el que, por desgracia, pulula una turba miserable empeñada en aguarnos la fiesta. Eso, una macedonia, pero en vez de aquella fresca y dulce de los añorados festivos, un rastrero potaje ácido y amargo. Miren las seis cadenas de televisión: una macedonia espantosa de tipos con aros en las narices, cogotes como buitres y vaqueros ajustados y rotos que da grima. Elí, lehma sabah tani.

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