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No podrán
Salvador Calvo Muñoz
Miércoles, 12 de febrero 2025, 07:21
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Salvador Calvo Muñoz
Miércoles, 12 de febrero 2025, 07:21
En las tertulias a las que servidor asiste cotidianamente por la mañana, o al café de media tarde; en esas tertulias digo/decía que reina últimamente el pesimismo, la desesperanza y la inexorable congoja que produce el estado de la cuestión, o tal vez de ... la nación.
Peor lo tuvieron los pueblos celtíberos cuando vieron lo que se les venía encima: legiones y legiones de romanos que no se andaban con chiquitas. ¿Y qué hicieron, acobardarse? No, ahí estaban Viriato, Sertorio, los numantinos y la raza ibérica para plantarles cara.
Peor lo tuvieron los hispanorromanos visigodos después de lo de Guadalete, cuando vieron aquella morisma blandiendo sus alfanjes y gumías; pero ahí estuvo don Pelayo para plantarles cara y empezar la Reconquista. Que la hubo, digan lo que quieran los revisionistas.
Peor lo veía aquel obispo Rodrigo Jiménez de Rada cuando lo de las Navas, que le aconsejaba al rey Alfonso dar marcha atrás; pero el rey castellano sacó su espada y «aquí ganamos o morimos todos», y con un par se lanzó al campo de batalla. Y ganaron.
Peor lo veía el de Medellín aquella Noche Triste, con la tropa hecha cisco, desmoralizada y llena de heridas; pero ahí estaba él, con otro par y, espada en mano, apresó al cacique principal y le dio la vuelta a la tortilla de Otumba.
Peor lo veía Blas de Lezo desde las murallas de Cartagena de Indias, cuando vio la armada inglesa del almirante Vernon que se acercaba con malas intenciones. Pero ahí estaba él con aquel puñado de españoles americanos, y a pesar de la inferioridad pensaron: no podrán con nosotros. Y no pudieron, en efecto.
Peor lo tenían los alcaldes de Móstoles cuando vieron el desaguisado que hacían los mamelucos en Madrid en aquel terrible 2 de mayo; pero ahí estaban ellos para dar la voz de alarma y avisar a los españoles para que acudieran a cantarle las cuarenta a los gabachos. Y se las cantaron.
Peor, peor… ¿Cómo estaría el panorama para que unos pistoleros fueran a por un señor importante y le dieran dos tiros en la nuca? Pero ahí estaban cientos, miles de españoles que dijeron esto no puede ser, adónde vamos a parar… y se armó la marimorena.
¿Veis, compañeros contertulios? Siempre habrá un español, dos, miles, que cuando peor estén las cosas y la Piel de Toro esté amenazada de desguace, se levantarán de su asiento y con un par se dediquen a la tarea de levantar a los caídos. Siempre habrá un español cabal que se alzará contra el desatino. De acogotarnos, nada. Quieran o no, tratarán de imponernos el solsticio de invierno, pero nosotros seguiremos montando el nacimiento y adorando al Niño Dios. ¿No les gustan los toros? Pues a muchos de nosotros sí. Recién la plaza de La Era de los Mártires estaba a reventar ¿Detestan la caza? Nosotros cazábamos, cazamos y seguiremos cazando. Les guste o no. Los espíritus de Viriato, de don Pelayo, del rey Alfonso, de Hernán Cortés, de Daoíz, de Velarde y de tantos otros nos sacarán las castañas del fuego. Los que quieran reventar nuestra estirpe y nuestras sagradas tradiciones lo tienen claro. No podrán.
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