
Nuestros Ernestinos
La calma del encinar ·
Secciones
Servicios
Destacamos
La calma del encinar ·
Diosdado Cabello, ministro de Interior de Venezuela, mostrando un arsenal de armas, ha anunciado que dos españoles vinculados al CNI planeaban asesinar a Nicolás Maduro, ... lo que me ha hecho recordar la odisea de Ernestino Abreu, el verdadero héroe de la revolución cubana. No me extrañaría que en el guion venezolano estuviera el ahora silente Zapatero, para después intermediar por las dos víctimas, porque el «bobo solemne» no tiene remedio.
José María Basoa y Andrés Martínez fueron arrestados cerca de Puerto Ayacucho, acusados de contactar con miembros de la oposición venezolana para organizar el asesinato de Maduro. Es la tercera vez que Diosdado Cabello cuenta el mismo chiste. Menuda empresa, incluso para dos bilbaínos, que se han convertido en los «ernestinos» de nuestros días.
Ernestino Abreu y Fidel Castro eran amigos, tenían la misma edad y compartían las mismas inquietudes. Los dos coincidieron en la Universidad de la Habana y en ambos anidó la rebeldía por una situación política que había hecho de la isla «el mayor prostíbulo de Miami». Ernestino fue de los primeros en sublevarse y, con una escopeta de cañones recortados y un cuchillo matancero, plantó cara a la guardia de Fulgencio Batista. Meses después se incorporó a la revuelta Fidel Castro que, con su verborrea revolucionaria, dio visibilidad a todos los movimientos guerrilleros. El Che era la idea, Ernestino el trabajo y Castro la voz.
Ernestino fue uno de los históricos que, junto a Castro y el Che, entraron victoriosos en La Habana tras la huida de Batista, pero la luna de miel de Ernestino con Castro fue tan corta como la de Castro y el Che. Ernestino acabó sublevándose contra su compañero y fundó el Movimiento Revolucionario de Recuperación, perseguido por los hermanos Castro, que lo declararon como «el mayor enemigo de la revolución cubana». La respuesta de Ernestino fue: «Yo no me fui al monte para quitar un dictador y poner otro».
Muchos de los que entraron victoriosos en La Habana cayeron en los dos primeros años por oponerse a un dictador al que habían ayudado a llegar. Ernestino tuvo que asilarse en la embajada de Brasil para escapar de las garras de quienes lo buscaban para fusilarlo, como hicieron con dos de sus lugartenientes. Consiguió huir y, desde Miami, organizó la resistencia contra los Castro, con el mismo ímpetu que había puesto contra Batista.
No se oxidó ni con el tiempo. A los 74 años logró reclutar para la causa a Vicente González, de 64, a Miguel, hermano de Vicente, de 63, y a Rolando Corrales, de 51, y tras un exhaustivo entrenamiento militar, el 14 de mayo de 1998, en una lancha con el motor de una lavadora, lograron desembarcar en las costas de Cuba, con el propósito de acabar a tiro limpio con la dictadura de Fidel Castro. El cuarteto estaba decidido a morir intentándolo, pero fallaron los apoyos interiores, fueron detenidos y condenados a 15 años de cárcel. Ernestino logró huir y hasta su muerte mantuvo encendida la antorcha de la rebelión para liberar a Cuba del nuevo dictador.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.