Editorial

Trump es insostenible, la UE no

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Europa debe conciliar su crecimiento con el respeto al medio ambiente, sin perder el tren de la competitividad en la batalla abierta por EE UU

Jueves, 27 de febrero 2025, 22:50

El terremoto provocado por el regreso de Donald Trump ha hecho temblar la economía y la seguridad europeas. El seísmo se ha dejado notar ya ... en otro eje estratégico para la UE: el desarrollo sostenible con el medio ambiente. La Unión lidera este campo en su intento de 'descarbonizar' los motores más contaminantes que amenazan la salud del planeta, sin que ello implique un retroceso de nuestra prosperidad. La propuesta de la Comisión Europea para rebajar las 'exigencias verdes' a las empresas con el fin de competir con más vigor con Estados Unidos y China es la última consecuencia de la guerra comercial planteada por el magnate a golpe de arancel. Europa está legitimada para defender sus mercados y evitar que la ofensiva de sus rivales le pase por encima. Pero debe hacerlo sin desmontar los logros obtenidos en la lucha contra el cambio climático ni perder el tren de la competitividad. Ambos retos, imprescindibles.

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Europa se ha visto en la necesidad de revisar los pilares de su estabilidad por el impacto de la 'ola Trump'. Primero fue el estado de su sector comercial, renqueante en varios de sus socios. Después, los gastos en defensa, vistas las exigencias de Trump en la OTAN y Ucrania. Ahora, el ataque proteccionista de EE UU ha obligado a los Veintisiete a examinar parte de su modelo de crecimiento. La Comisión ha decidido eximir de los informes climáticos al 80% de las empresas para simplificar sus obligaciones. Hasta el punto de que habrá compañías no forzadas a informar sobre su sostenibilidad, aunque la vicepresidenta Teresa Ribera espera que sigan haciéndolo por voluntad propia. Un dilema que exigirá de la UE nuevos controles para garantizar el cumplimiento de la 'agenda verde' si quiere culminar la transición energética en 2050.

La Unión encabeza en las cumbres climáticas la defensa de un sistema de producción compatible con el respeto al medio ambiente. Citas de las que se ha descolgado EE UU tras la vuelta de Trump, que reniega de los Acuerdos de París contra el calentamiento global. Tampoco es que el Gobierno de Biden fuera un entusiasta. El último informe de la ONU sobre gases de efecto invernadero revela que Europa sí hace los deberes. Pero el esfuerzo parece insuficiente si Estados Unidos y, sobre todo, India, China y Rusia no le acompañan e, incluso, elevan sus emisiones contaminantes. Europa no debe relajarse. Ni con los países que compiten con normativas menos rigurosas. Ni en la mejora del ecosistema que compartimos todos.

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