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Julio Medem, entre Ana Rujas y Javier Rey, protagonistas de '8'. Efe
«Estamos en un momento muy feo, casi de preguerra»

Julio Medem

Director de cine
«Estamos en un momento muy feo, casi de preguerra»

El director de 'Vacas', que ha vuelto a vivir a San Sebastián, constata el trauma de la Guerra Civil y el cainismo español en '8', estrenada fuera de concurso en Málaga

Domingo, 16 de marzo 2025, 19:56

«A los españoles, a todos/as/es y cada uno de los españoles» dedica Julio Medem su undécimo largometraje, que arranca con los célebres versos de Antonio Machado que concluyen: «Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón». Programada en la sección oficial fuera de concurso, '8' sigue a lo largo de 90 años a dos amantes que nacieron el mismo día: el 14 de abril de 1931, fecha de proclamación de la II República.

Fueron partos dramáticos, uno en Soto de Arriba y otro en Soto de Abajo. La Guerra Civil marcará sus vidas, tal como descubriremos en los ocho momentos históricos elegidos por Medem para volver a encontrarnos a los personajes: 1939, 1977, 1992... Javier Rey y Ana Rujas protagonizan este drama contado en planos-secuencia con las palmas y el taconeo de Sara Baras como cesura entre los episodios, con el que el director donostiarra lamenta la polarización ideológica que sufrimos, herencia de un cainismo que se transmite generación tras generación. Un Medem en estado puro, para bien y para mal, que llegará a los cines el próximo viernes.

–Comenzar con Machado es toda una declaración de intenciones.

–Sí. Empecé hablando no de España, sino de dos personajes que nacían el mismo día. ¿Puede existir la atracción entre ambos y sus destinos estar conectados durante toda la vida? Octavio y Adela. ¿Y si contaba su vida en ocho ochos? Separados y unidos por el azar. Cada uno pierde a su padre y sus familias están enfrentadas. Me di cuenta de que eran víctimas silenciosas del cainismo.

–Sufren el trauma de la Guerra Civil y la posguerra.

–Creo que nos pasa a todos en España como sociedad. Pasamos una Guerra Civil, un enfrentamiento entre hermanos. Estamos ahora en un momento muy feo, casi de preguerra. Yo propongo un deseo: la ceremonia del perdón. Los traumas hay que sacarlos a la luz, es la única forma de superarlos y de que no vuelvan a ocurrir.

–No pensábamos que llegaría un momento en que se pudiera negar lo que ocurrió durante el franquismo.

–Hasta los niños tienen ese trauma sin saberlo, porque hemos hecho algo muy feo y duro. Y hay que dejar constancia de ello.

–¿Pero todo se debe a la Guerra Civil? El auge de la ultraderecha y los líderes populistas son un fenómeno global.

–Ya. Milei, Trump... Estamos yendo hacia atrás en cuanto a derechos a una velocidad increíble. Sociedades solidarias y justas ya no lo son. Mi única esperanza es que todo va tan rápido que quizá ellos mismos lo paren.

–'8' recuerda a su ópera prima, 'Vacas' (1992): dos familias, el peso de la Historia, simbolismos como el de la caña de pescar... ¿Cierra un círculo?

–Me gusta lo que me dices. Puede ser, si tú lo has visto así... Yo apago la lógica racional al principio, me dejo llevar por lo intuitivo. 'Vacas' nació de la imagen de un aizkolari lanzando un hacha a la espesura del bosque. Y '8' con el doble nacimiento. Yo intento ser siempre diferente, pero llega un momento en que no puedes serlo.

–Yo pensaba que después de lo que pasó con 'La pelota vasca' se le iban a quitar las ganas de hablar de política.

–Para mí esta no es exactamente una película política, sino de personajes. Tras ellos transcurren 90 años de España.

–A los 90 años, los protagonistas ven cómo sus hijos y nietos discuten durante una celebración. ¿Así ve España ahora?

–Sí. Muchas familias se van a identificar con ese momento. La cosa empieza bien con el brindis pero en la sobremesa llegan los gritos, nos pasa mucho. «¿Os queréis o no os queréis?», les grita Octavio.

–Ha trabajado en el filme con su hijo Peru, especialista en realidad virtual.

–Es arquitecto y también artista en realidad virtual. Creó un premiado programa, HAL, con el que puedes ensayar la planificación tras instalarles sensores de movimiento a los actores y con los decorados en 3D. Eso te permite saber dónde colocas la cámara, la óptica, la luz... Un invento fascinante. Seguro que en el futuro se va a usar mucho.

–Ha vuelto a vivir a San Sebastián.

–Llevo dos semanas. Me fui en 1998. Llevaba años con la idea de volver. También me siento de Madrid, es una ciudad muy importante y siempre voy a estar conectado con ella. Pero me siento muy bien en Donosti. Hay algo que es inexplicable, emocional. Es algo que sentía que tenía que hacer. Por un lado tengo una parte de mi familia alemana, mi apellido lo es, y una parte vasca materna con la que estoy muy conectado emocionalmente. Viví dos años allí cuando hice 'La pelota vasca'.

–Rodó hace dos años 'Minotauro: Picasso y las mujeres del Guernica'. ¿Cuándo la veremos?

–El productor español y el dominicano van por fin a terminarla. Solo quedan los efectos digitales, ya estoy viendo planos maravillosos. Se va a acabar pronto y se estrenará el año que viene, cuando ruede 'Jai Alai'.

–Su ansiada serie sobre los pelotaris vascos que en los años 70 marcharon a Florida a competir en la cesta punta.

–Ahora es un largometraje. La edad del oro del Jai Alai en Miami. Un aita y su hijo, vizcaínos, a los que proponen jugar cesta punta en Miami. Es una historia fascinante con muchas capas: la relación padre-hijo, las mafias... Era el deporte con mayor volumen de apuestas del mundo.

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