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t Algunos de los perros de El Refugio en los cheniles. DAVID PALMA
Las adopciones internacionales, la última oportunidad

Las adopciones internacionales, la última oportunidad

Plasencia. La protectora de animales El Refugio ha tramitado más de medio centenar de acogidas en el extranjero

LUCÍA SEMEDO

Domingo, 28 de agosto 2022, 08:08

Levi es un sabueso de unos meses que pronto se despedirá de la capital del Jerte para partir a Europa. Es uno de los últimos perros a los que El Refugio de Plasencia, en colaboración con distintas asociaciones de países como Francia, Alemania, Bélgica y Reino Unido, ha encontrado un hogar, aunque sea muy lejos de nuestras fronteras.

En los últimos tiempos esto se ha convertido en la tónica habitual. En lo que va de año, desde enero hasta agosto, se han tramitado 61 adopciones internacionales desde la protectora de animales placentina. Otras 20 están tramitándose y se prevé que salgan adelante. Teniendo en cuenta que en el mismo periodo se han dado tan solo 18 adopciones nacionales, la realidad es que recurrir a otros países se ha vuelto indispensable para mantener El Refugio.

Así lo explica Salud Mateos, presidenta de la asociación, que ofrece datos para ilustrar mejor la situación: desde enero se han recogido en torno a 90 perros. «Las adopciones internacionales nos permiten hacer frente a la gran cantidad de animales que encontramos. Las instalaciones del Refugio siempre están llenas y si no contáramos con la ayuda de Europa esto sería imposible», relata.

El Refugio ha recogido 90 perros abandonados y ha posibilitado 89 adopciones

Desde 2016 centenares de perros han sido enviados a sus nuevos hogares. «Trabajamos con asociaciones que no tienen perrera. Ellos conocen a las familias que solicitan adoptar a un animal, hacen entrevistas, valoran si las condiciones que les ofrecen son las adecuadas y después se formaliza la adopción». El viaje se hace en una furgoneta habilitada acorde a las normativas vigentes relativas al transporte de animales y los perros parten vacunados y en buen estado de salud.

«Es un proceso largo y costoso pero parte del trabajo es asegurarnos de que los animales irán a hogares en los que no les falte de nada. No todas las personas que dicen querer un perro tienen los medios y no queremos arriesgarnos a que nos lo devuelvan, algo que ha ocurrido en más de una ocasión por la falta de previsión de algunas personas», explica Mateos.

Así es como encontró familia Urco, un mastín que ahora vive en Escocia y que llegó a su hogar definitivo hace pocos meses. Su familia actual aún está en contacto con El Refugio para mandar fotografías y contar sus progresos, una comunicación habitual después de un proceso de adopción. «Es muy bonito porque muchos de estos animales llevan mucho tiempo con nosotros. Ver que se les quiere y se les cuida en sus nuevos hogares es muy gratificante», añadió la presidenta.

«En Europa hay leyes más estrictas que castigan el abandono y que obligan a la castración. Te encuentras con perreras en las que tienen como mucho cinco perros que llegan ahí porque su dueño fallece. Las personas que ya no pueden tener perro son las que contactan con las asociaciones para que les ayuden a encontrarles un nuevo hogar, no los abandonan» explica Salud Mateos.

Esta situación poco o nada tiene que ver con la de España, donde las perreras están normalmente llenas, los casos de abandonos se suceden y los colectivos animalistas no paran de alertar de las dificultades en las que se encuentran.

Se trata de «otra actitud» y «una mayor responsabilidad». La presidenta de El Refugio se muestra clara al respecto: «No vale con decir que todos los cazadores maltratan a sus perros porque no es así, los hay que son responsables y que los tienen muy bien cuidados. El problema es la irresponsabilidad de muchas personas que no parecen entender lo que necesita un perro ni lo que cuesta».

Cada caso es un mundo, pero hay una serie de gastos fijos cada vez que un animal entra a las instalaciones: 30 euros para el chip, pasaporte y vacunas, 50 euros (el doble para las hembras) en castración, más de 30 euros en analíticas... En el caso de que el animal entre en buenas condiciones y sin problemas de salud. Y, lamentablemente, esto no es lo habitual, si está enfermo o requiere una operación el precio puede dispararse.

Las caras que se encuentran en la protectora son las habituales: muchos perros de caza, mastines y razas relacionadas con el campo y cruces que han sido resultado de la falta de previsión y control.

El problema de los abandonos masivos no terminará en nuestro país hasta que se de un «cambio de mentalidad». No obstante, Mateos se muestra optimista al respecto: «En los últimos años hay mucho más interés hacia las adopciones, la gente está más concienciada de que comprar animales es parte del problema».

La cría sin control, el descuido hacia la castración o la falta de control sobre los animales es lo que suele suponer más problemas para los refugios de animales, que se ven obligados a recibir camadas enteras de cachorros.

El Refugio sigue reclamando más ayuda y pidiendo responsabilidad hacia los animales, que son «un compromiso y un miembro más de la familia». Mientras tanto, perros como Turco, Cora, Noe, Raiser o Wanda se preparan para su próximo viaje y su nueva vida.

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