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Ana B. Hernández
Miércoles, 5 de abril 2023, 22:54
Casi una hora antes de la salida ya era imposible encontrar un hueco libre en plaza de la Catedral. La multitud esta vez no se agolpaba en los alrededores del templo cofrade de Santo Domingo, sino frente a la entrada principal de la seo. Porque ... es en ella donde se vive cada Semana Santa uno de los momentos más emotivos, la salida del Nazareno.
Y si siempre es especial, aún más este año, después de que el pasado no pudiera llevarse a cabo porque la seo estaba cerrada al culto con motivo de la exposición de Las Edades del Hombre. Por eso este Miércoles Santo han sido cientos de personas las congregadas para ver la esperada y tradicional salida y hacerlo con devoción y silencio ante el Nazareno, la imagen más venerada en la ciudad junto con la patrona, la Virgen del Puerto.
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Andy Solé
No ha sido la única novedad este Miércoles Santo en una procesión en la que se han escuchado saetas en el cañón de la Salud y en el Rincón de San Esteban y en la que el coro de cámara Cum Iubilo ha cantado junto a la iglesia de San Nicolás. Pero ha habido otras más. La Cofradía del Silencio ha estrenado estandarte principal y, también, a diferencia de lo que ocurrió el pasado año, ha sacado a sus cuatro pasos cargados por 150 costaleros: la Oración en el Huerto, el Ecce Homo, el Nazareno y la Dolorosa de la Esperanza.
Cuatro pasos siguiendo este orden procesional para narrar, a través de ellos, cómo Jesús oraba en el huerto cuando el ángel se le apareció y le contó lo que iba a ocurrir, su coronación como rey con una corona de espinas que encarna el Ecce Homo, y el camino que después emprende el Nazareno con la cruz a cuestas y seguido de su madre, la Virgen, que le acompaña en su recorrido al calvario.
Un relato completo gracias a los 150 costaleros que ha logrado sumar el Silencio, que no lo consiguió el pasado año. Pero han sido en torno a 500, ataviados con túnica y caperuz morados, los que han participado en una emotiva procesión, al ritmo del sonido de las horquillas de madera que portaban algunos cofrades, y a la que se han sumado representantes de la Sagrada Cena, hermanada con el Silencio porque ambas fueron fundadas en 1930. Motivo también por el que en la procesión de esta hermandad, la primera que se celebra este Jueves Santo, participarán cofrades del Silencio.
En cualquier caso, un desfile especial el del Miércoles Santo que ha permitido a los cientos de asistentes admirar sus cuatro pasos, con el Nazareno a la cabeza. Cargado por 50 costaleros, es una imagen de vestir del siglo XVII, obra del escultor José Jiménez, que ha vestido túnica morada con bordados en oro, donada por una devota cordobesa.
La Oración en el Huerto, obra de José Jerique, data de finales del siglo XIX; el Ecce Homo, un busto de medio cuerpo a tamaño natural, es del siglo XVII y de autor anónimo; y Nuestra Madre Dolorosa de la Esperanza, adquirida en 1959 al escultor Luis Marco Pérez, es una imagen tallada en madera policromada, de una sola pieza, con capa y vestido estofado en oro. Pesa 100 kilos y mide 1,80 metros y ha procesionado a los hombros de 60 costaleros.
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