Fallece el profesor y escritor Fernando Flores del Manzano

Ana B. Hernández

Miércoles, 1 de abril 2020 | Actualizado 02/04/2020 18:03h.

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El profesor, escritor, historiador e investigador Fernando Flores del Manzano falleció en la mañana de ayer a los 71 años de edad. Su muerte ha generado una enorme tristeza en la ciudad y, especialmente, en los ámbitos de la cultura y la educación placentinas de los que formaba parte.

«Es una noticia triste y muy dura en estos momentos de soledad en los que estamos por el confinamiento», afirmó Francisco Valverde, presidente de la asociación 'Pedro de Trejo', de la que Flores del Manzano era socio y miembro activo. «Hemos perdido al hombre que ha puesto en nuestras manos la historia de Plasencia de los siglos XIX y XX». Autor de más de 30 ensayos y una novela histórica ('El pañuelo del coronel Rosales'), Fernando Flores del Manzano sorprendió a los lectores con su última obra, 'República, siempre República', con la que comenzó en la llamada novela de iniciación, un género que se centra en la evolución y crecimiento de los personajes. «El género literario tiende a encasillar al autor, pero yo no entiendo así la literatura», explicó entonces a este periódico el autor, reconocido con numerosos premios.

«No sabemos aún cuál ha sido el motivo de su muerte, pero su fallecimiento es una gran tristeza y más en estos momentos en los que no podemos acompañar a su familia», reconoce su amigo, el también profesor e historiador Jesús Manuel López Martín, con el que Flores del Manzano ya estaba trabajando en una nueva obra sobre la historia del urbanismo en Plasencia. «Porque nunca paraba, siempre estaba trabajando».

«Ha sido un escritor capaz de contarnos la historia de forma objetiva y siempre tiene que estar ligado a la ciudad; la última vez que pude estar con él en un acto público, le anuncié que tendría una calle en Plasencia dedicada a él y así será», afirmó el alcalde, Fernando Pizarro. «No verá esta dedicatoria, pero sabe que la tendría; siento muchísimo su muerte, ha sido un mazazo, porque era un hombre discreto y respetuoso al que le quedaban un montón de cosas por hacer, por investigar y por enseñarnos».