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Un momento de la actuación del grupo extremeño Acetre. ANDY SOLÉ
El Festival Internacional Folk Plasencia más inusual de su historia

El Festival Internacional Folk Plasencia más inusual de su historia

La XXV edición se despide con dos certezas: su tirón popular sigue intacto y el formato adaptado a la covid le resta diversión

Antonio J. Armero

Plasencia

Domingo, 22 de agosto 2021, 08:41

La mejor noticia del XXV Festival Internacional Folk Plasencia que concluyó en la madrugada del sábado al domingo es que ha podido celebrarse. Tras suspenderse la edición de 2020 por culpa de la pandemia de covid-19, la cita musical del año en la ciudad sí ha podido organizarse esta vez. Y la primera conclusión que dejan estos tres días de conciertos es que mantiene su tirón entre el público.

Quedó claro desde el primer día. Faltaban quince minutos para las once de la noche del pasado jueves, el día que se alzó el telón, y medio centenar de personas esperaban junto al acceso por la plaza de Santa Ana, apoyadas en la barandilla de unas escaleras ya cerradas al paso con un precinto de la Policía Local. En la puerta mismo, y dentro también, varios agentes.

Esos que hacían cola –la imagen se repitió tanto el viernes como el sábado– eran espectadores frustrados. Gente que esperaba que alguno de los que salían confirmara que no iba a volver y entonces él pudiera ocupar la silla que quedaba vacía. De este trámite consistente en preguntar al que sale si se marcha o tiene intención de regresar, y en función de la respuesta dejar o no entrar a alguien de los que espera su turno fuera, se ocupaba personal de organización.

El público siguió los conciertos sentado. Había 400 sillas. ANDY SOLÉ

No ha sido el regreso que organización (Ayuntamiento, Diputación y Junta) y asistentes habrían deseado. Ha sido, probablemente, una vuelta en uno de sus pocos formatos posibles. El Folk no ha regresado con su propuesta habitual, sino con una adaptada a las exigencias legales y a las recomendaciones de seguridad para hacer frente al coronavirus. Tres diferencias fundamentales había este año respecto a los anteriores: el aforo estaba limitado (400 plazas de las aproximadamente 2.000 que tiene el recinto, lo que significa que se ocupó solo el 20% de la capacidad), el público tuvo que seguir las actuaciones sentado en vez de de pie, y no había barra de bar.

Buen cartel

Este último no es un detalle menor. Porque para bastantes de los habituales a esta cita, uno de sus atractivos es la oportunidad que ofrecía de seguir los directos con una cerveza fría en la mano. Esa normalidad regresará antes o después, igual que probablemente volverán en ediciones siguientes algunas de las bandas del cartel de este año, que ha sido mejor que el de ediciones previas.

Que la número 25 la abriera un grupo placentino, 'Enverea', fue saludado. También la inclusión del 'trikitilari' vasco Xabi Aburruzaga, que incluye en su propuesta a una pareja de jóvenes y enérgicos 'dantzaris' que fueron de lo más aplaudido de la primera noche, la que cerró 'Gwendal' -con el tema 'Iris Jig', casi un himno para sus seguidores–, un clásico del folk internacional y del festival placentino, que en lo musical dejó buen sabor de boca (al menos tras las dos primeras noches y el inicio de la tercera, porque al escribir estas líneas aún faltaban actuaciones).

Lo mismo puede decirse en lo que tiene que ver con la seguridad. Aunque no faltarán las quejas, que siempre las hay en eventos de este tipo, el marco general fue el de una cita en la que el protocolo contra el covid se había cuidado. Había acomodadores indicando a quienes entraban donde debían sentarse (juntos si eran convivientes, y separados en caso contrario); había personal desinfectando las sillas que quedaban vacías; nadie entraba sin que antes le tomaran la temperatura y sin echarse un poco de gel hidroalcohólico en las manos; la megafonía recordaba cada poco la obligación de usar mascarilla todo el tiempo; y había Policía Local vigilando que todo transcurriera según lo acordado.

Actuación de Xabi Aburruzaga. ANDY SOLÉ

«El otro día estuve en el Festival de Teatro de Mérida y puedo decir que las medidas de seguridad del Folk de Plasencia son mayores que las que vi allí, empezando por la distancia entre asientos», anticipó el alcalde placentino el día previo al inicio de los conciertos. Y comparaciones al margen, la sensación que transmitió esta XXV edición fue la de un evento seguro. Y musicalmente atractivo. Acetre –novena vez que tocaban en el Festival, recordó su vocalista–no defraudó el viernes, cuando actuaron antecedidos por los animosos Los Granjeros (de Canarias, nada menos que 30 músicos sobre el escenario) y con los sorprendentes Albaluna (Portugal) cerrando la noche. Y el sábado, fin de fiesta con la tradición regional enriquecida de Aulaga Folk, el eclecticismo imposible de etiquetar de 'Enredadas' (Carmen París, Martirio, Uxía y Ugia Pedreira) y los italianos de BandAdriática. Hasta el año que viene, quizás ya con la gente dando botes, la barra de bar llena y pudiendo hablar del covid en pasado.

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