

Secciones
Servicios
Destacamos
A. ARMERO
Jueves, 13 de agosto 2020, 08:17
Esas caras son de gente de Plasencia?» A Jesús Mateos Brea (Plasencia, 1982) le han hecho la pregunta decenas de veces en la última semana. Dos paseantes se la repiten en los tres primeros minutos de una conversación apresurada a pie de obra en la que desgrana las claves de ese mural que le está robando una semana de sus vacaciones de verano. Lo está pintando en una pared lateral del centro de especialidades (ambulatorio) Luis de Toro, en la avenida de La Salle, junto a las escaleras del Comercial Dama. Un sitio que ve desfilar cada día a miles de personas. Muchas de ellas giran el cuello al ver a un joven pintando sobre un andamio.
Brea se subió a él el pasado día 5 y solo le falta quedarse a dormir. Los vecinos de los portales más cercanos a ese mural ya se han acostumbrado al sonido de la plataforma subiendo o bajando. Hay quien lo escucha desde la cama, pero cualquier amago de posible incomodidad desaparece al conocer la historia de la obra, que es un homenaje a quienes trabajaron durante los peores días de la pandemia, cuando la sanidad estaba colapsada y la realidad nos parecía ficción.
«No empiezo más temprano por no molestar a los vecinos», se excusa el artista, que va camino de los diez días trabajando de lunes a domingo de ocho de la mañana a nueve y media de la noche con una paro de noventa minutos para comer.
«He pasado ya de todo aquí arriba», se ríe él. Mucho calor, eso seguro. Pero también algún pequeño susto. «El otro día me tuve que bajar por el viento que había, no veas cómo se movía todo», recuerda el artista, que no cobrará un euro por lo que está haciendo (los gastos, 4.100 euros, los paga el Ayuntamiento). Y lo que está creando es el mayor mural de Extremadura. 11 metros de ancho y 25 de largo tiene esa pared como no hay otra en la región. Brea lo sabe como lo sabe cualquier colega suyo que tenga un catálogo mental de las obras que pueblan la región.
Brea las tiene en muchos pueblos. También, claro, en Plasencia –suyo es el pavo de Procasa–, su ciudad. «Las cinco caras del mural son personas de Plasencia, con nombres y apellidos que prefiero no decir», explica el artista. «Las busqué, les comenté la idea y ellas accedieron –sigue detallando–. Son profesionales que trabajaron durante el confinamiento. No solo sanitarios. También voluntarios de Protección Civil o empleados de supermercados, por ejemplo. Les hicimos unas fotos de estudio y diseñé el mural». Tres de esas cinco miradas anónimas ya saludan desde ese espacio enorme que toda su vida ha sido una pared blanca y en cuestión de días pasará a ser algo mucho mejor.
Publicidad
Álvaro Soto | Madrid y Lidia Carvajal
Cristina Cándido y Álex Sánchez
Lucía Palacios | Madrid
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.