![Miguel Ángel Revilla, en Plasencia: «Cago en diez... aquí no entra un almohade más»](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/02/17/revilla%20(1)-k7DC-U2101560891017CzD-1200x840@Hoy.jpg)
![Miguel Ángel Revilla, en Plasencia: «Cago en diez... aquí no entra un almohade más»](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/02/17/revilla%20(1)-k7DC-U2101560891017CzD-1200x840@Hoy.jpg)
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Seguramente se muestre así en todas las ciudades que visita para presentar su último libro, pero Miguel Ángel Revilla sacó a relucir esta sábado en Plasencia todas las dotes de afabilidad, cercanía y simpatía que le caracterizan. Lo hizo con motivo de la presentación de ... su trabajo más reciente, 'Toda una vida', en La Puerta de Tanhäuser. La librería se quedó pequeña por la expectación que se generó e incluso tuvo que trasladar la firma de los ejemplares a la calle Zapatería.
Esa firma tuvo lugar este sábado a la una de la tarde, media hora después de que en La Puerta de Tanhäuser comenzara un discurso lleno de anécdotas y chascarrillos que hicieron las delicias de la audiencia. Mucho más cuando tuvo unas palabras para Plasencia, donde el expresidente de Cantabria ha pasado todo el fin de semana.
«Plasencia me ha entusiasmado. No me lo podía imaginar. Yo anoche descubrí estas murallas y me dieron una clase de historia. Algunos de aquí me contaron de cómo Alfonso VIII conquistó esto a los almohades y tras dejarlo un poco abandonado, al año siguiente los almohades lo vuelven a recuperar. Regresa, les vuelve a echar y entonces dice. «Me cago en diez… aquí no entra un almohade más. Y manda a hacer la muralla», relataba Revilla como si los asistentes no conocieran la historia.
Sí que la conocían, pero, a decir verdad, no les importaba volver a escucharla de la voz de una persona con un deje tan familiar y tan peculiar: «Y Alfonso VIII va y convierte esto en una fortaleza inexpugnable… Porque esto era una avanzadilla. Unos años después tenía que conquistarse Cádiz, después Sevilla y 200 años después Granada. Pero esto era la avanzadilla de la vanguardia que tenía que consolidar ya un territorio y por eso hicieron una ciudad guerrera y amurallada, preciosa, maravillosa, que desde lejos no se puede apreciar si no entras y la recorres».
Miguel Ángel Revilla, según dijo, ha quedado tan fascinado con la ciudad que hará mención a ella en el próximo programa de La Sexta Noche: «Plasencia me ha dejado entusiasmado. Y ya veréis cómo voy a hablar de Plasencia en las televisiones, ¿eh? La próxima vez será el sábado 24 de febrero en La Sexta Noche. Voy a hablar el sábado que viene, a las diez de la noche».
Revilla no solo tuvo palabras de elogio a la capital del Jerte, sino también hacia el carácter de los placentinos: «Pero no solamente es la maravilla de la ciudad. Lo que he podido observar es que no puedo andar por la calle por el cariño que la gente me profesa. Salen de los comercios a hablar conmigo, si voy a un sitio no me quieren cobrar… Esto es la leche. Me habré hecho mil fotos por la noche y las que me quedan».
El político cántabro, ya en plena calle Zapatería y en el epicentro de un gran grupo de lectores, no paró de firmar libros. Y también, de hacerse fotos: «Me encanta que me pidan fotos. Yo no soy como estos que veis en la televisión, en algunos programas conmigo, que salen por una puerta de atrás porque odian las fotos. A mí me encanta que la gente me pida fotos. Y a algunos de esos famosos les digo, pero… ¿por qué no os hacéis fotos? «¡Es un coñazo!», me dicen. Y yo… pero si vivís de la gente, sed un poco atentos con la gente. No cuesta nada».
En 'Toda una vida', Revilla celebra su 80 cumpleaños haciendo un repaso de la actualidad social y política y ameniza al lector con sus vivencias y sus reflexiones sin cortapisas, con la libertad que siempre le ha caracterizado al expresar sus opiniones en diferentes medios de comunicación.
En Plasencia, además de contar anécdotas de su infancia y su trayectoria política, subido a una silla y en plan 'stand-up comedy', también se refirió a la actualidad más reciente. En este caso, a la polémica de las puertas giratorias que ha protagonizado en los últimos días Alberto Garzón, ex ministro de Consumo.
«Se dedicó cuatro años a hablar de las puertas giratorias. Joder, ya está en una. Hombre, por favor, un poco de pudor, ¿no? Yo sería incapaz de ir en contra de lo que me habéis escuchado toda la vida. Yo jamás he tenido coche oficial. Ni me habrá visto nadie entrar por una puerta de un aeropuerto, porque me da vergüenza. A fin de cuentas, ¿qué es ser presidente? Una coyuntura. Te toca en un momento determinado, pero no te lo creas, hombre, que no eres nadie más que nadie», contaba antes de darse un baño de masas a la calle Zapatería y seguir conociendo esa ciudad donde Alfonso VIII dijo una vez… «Cago en diez, aquí no entra un almohade más».
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