Jueves, 31 de marzo 2022, 13:43
Que Isabelle Junot y Álvaro Falcó se vayan a casar este sábado en Plasencia y no en cualquier otro sitio que seguramente podrían permitirse se explica con una palabra: tradición. Celebrar el enlace en la ciudad extremeña donde tienen un palacio es una costumbre ... familiar que empezaron los padres del novio hace treinta años. En concreto, la historia de las bodas de los Falcó en la ciudad del Jerte comenzó el 2 de junio de 1982, fecha del enlace entre Fernando Falcó y Fernández de Córdoba y Marta Chávarri Figueroa.
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Ella era entonces una estudiante de 21 años, conocida entre la alta sociedad nacional de la época por ser la hija de Tomás Chávarri y del Rivero, embajador de España en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y la nieta de los marqueses de Santo Floro. Él era el marqués de Cubas, uno de los propietarios del palacio del Marqués de Mirabel, a cinco minutos andando de la Plaza Mayor placentina y a menos todavía de las dos catedrales que tiene la ciudad. En la nueva fue la ceremonia de Chávarri y Falcó, que luego celebraron el banquete en ese palacio renacentista construido en el siglo XV por Álvaro de Zúñiga, de la Casa de los Zúñiga, que en algunos momentos de la historia de España llegó a ser tan importante o más que la de Alba.
La propiedad llegó a manos de los marqueses de Cubas y de Griñón gracias a Hilda Fernández de Córdova y Mariátegui, marquesa de Mirabel, que lo recibió en herencia. Ese último marquesado, el de Mirabel, es el que ha estado ligado históricamente a la propiedad del monumento. Ahora su titular es Alejandra Falcó y Girod, hija de Carlos Falcó y su primera mujer, Jeannine Girod, y uno de los rostros más reconocibles entre los invitados a la boda que concentrará este fin de semana todas las miradas del periodismo rosa nacional.
Álvaro Falcó no podrá emular a sus padres casándose en la Catedral, porque el templo lleva cerrado al culto y las visitas desde febrero. El motivo son los trabajos para acondicionarlo como sede de 'Las edades del hombre', la exposición de arte sacro extremeño que acogerá la ciudad de mayo a diciembre. Hasta ahora, esta muestra que lleva 25 ediciones solo ha salido de Castilla y León para celebrarse en Madrid, Amberes y Nueva York.
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La joven pareja se casará en el palacio y no en la Catedral como hicieron los padres de él, pero sí repetirán el guión de las otras bodas Falcó en cuando al lugar de celebración del banquete y la fiesta. En aquel mayo de hace justo tres décadas, la boda de Fernando Falcó y Marta Chávarri fue un acontecimiento social en Plasencia. La portada del HOY del día siguiente recogía tres fotos del enlace y contaba que «el acto sacramental se celebró en medio de un gentío y de una expectación impresionantes, siendo testigos del mismo más de quinientos invitados directos de ambos contrayentes y muchos centenares más de placentinos que llenaban el recinto catedralicio».
La lista de asistentes incluyó al presidente de la Junta de Extremadura, el alcalde de Plasencia y una representación de la España de los títulos nobiliarios: condes de Moriles, de Limpias y de Yebes, marqueses de Ardales y de Abella, señores de Terry, de Bohórquez... Los novios llevaban escolta y utilizaron como coche nupcial un Hispano de 1907, una pieza de museo propiedad del RACE (Real Automóvil Club de España), cuyo presidente era precisamente el novio.
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El padre José María Martín Patino ofició una ceremonia en la que intervino el grupo vocal Juan Vázquez, de Plasencia, dirigido por Delia Terrón Batista. El menú del banquete, probablemente exquisito, no ganaría hoy un concurso de alta cocina. Se sirvió gazpacho andaluz, consomé, huevos glee con jamón york, silla de ternera Alfonso VIII, pechugas de ave neva, tarta nupcial, sorbete de fresa y sorbete de limón mignardises, con vinos y champán de René Barbier, cuyas bodegas presidía el marqués de Cubas. La previa publicada en HOY anunciaba que tras la comida habría «fiesta flamenca, en la que es previsible que intervengan Los del Río, Enrique Montoya, Lola Flores y algunos otros artistas de renombre en el país».
17 años después se celebró en Plasencia otra boda de la misma saga, la de Sandra Falcó Girod y Jaime Carvajal Hoyos, y en vez de esos nombres históricos de la música española, quien ambientó la hora de los vasos largos fue un dj. También el menú fue otro. La cena comenzó con una ensalada de judías verdes, foiegras, trufas y criadillas de tierra, para seguir con unos lomos de corzo al vino tinto con guarnición y una paleta de postres, con milhojas de frambuesa, mousse de queso fresco y frutos rojos, y trufa de chocolate con frambuesa. Para regar la cena, vinos del Marqués de Griñón, Dominique de Valdepusa, y cava, gran reserva Marqués de Monistrol.
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Eran ya otros tiempos. Con otros protagonistas, algunos de ellos particularmente de actualidad justo en estos días. Es el caso de los dos invitados a los que todos buscaban ese día: la infanta Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín, que se habían casado siete meses antes. Llegaron acompañados por el otro campeón de los aplausos esa mañana, el entonces príncipe Felipe. Los tres estuvieron en la fiesta del palacio de Marqués de Mirabel hasta casi las cuatro de la mañana, según recogía la detallada crónica del evento que firmó en HOY el periodista Antonio Sánchez-Ocaña (ASO).
Él detallaba que la pareja utilizó un Ford A descapotable de 1926, que la novia vistió un traje de Lorenzo Caprile, y que entre los invitados estaban Blanca Suelves, Joannes Osorio, Marta Barroso, el príncipe Kardam de Bulgaria, Pepe Barroso, el futbolista del Real Madrid y la Selección española Manolo Sanchís y también Inés Saste, que sin quererlo acabaría adquiriendo un papel tan protagonista que aún hoy es uno de los nombres que más se asocia a esa boda.
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Lo fue por una foto, la que le hizo el fotógrafo de HOY Lorenzo Cordero, que la mostraba camino de la Catedral con un vestido violeta de falda, cuerpo, chaqueta y taconazos. Como ese día hacía viento -por algo tiene Plasencia el primer parque eólico de Extremadura-, la modelo tuvo que caminar sujetándose el tocado, y quizás ese gesto de su brazo izquierdo ayudó a que la teta derecha quedara al aire.
En esa boda ya estuvo de invitada alguien que este fin de semana será, quizás, la más buscada entre los invitados. En mayo de 1998, Tamara Falcó Preysler tenía 17 años -ahora tiene 41-, pero ya apuntaba lo que el tiempo acabaría confirmando. Ese desparpajo ante las cámaras y los micrófonos, que han acabado por ser su hábitat profesional. «Llamó la atención -escribía ASO en HOY- la soltura y frescura, propias de la edad, mostrada por Tamara Falcó Preysler, a la que faltó tiempo para atender a cuantas cámaras la reclamaron. Vestida con un llamativo traje de raso de seda, tono verde mar pálido, la chiquilla, radiante, habló de la novia, su hermana, con simpatía. E hizo gala hasta de humor. 'Y qué te dice tu madre', le espetó un periodista al verla de niña a mujer. 'Que la falda más larga', replicó con soltura. Esta chica promete».
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Dicen ahora que Álvaro Falcó Chávarri es el primo favorito de Tamara Falcó Preysler. Más Falcó: Cristina Matossian Falcó, protagonista de una de las últimas bodas celebradas en el palacio del Marqués de Mirabel, que acogió tanto el cóctel como la comida y la fiesta posteriores al enlace. En aquella ocasión, a la novia -paisajista, como su marido, Fernando Martos- la maquillaron y peinaron en el Palacio, desde donde caminó hasta la iglesia de san Nicolás, que está a menos de un minuto a pie y que de hecho, se ve desde los balcones del histórico edificio. El cóctel se celebró en el atrio del palacio y la comida en distintas estancias, una de ellas la biblioteca.
En esas mismas dependencias se han celebrado también bodas ajenas a la familia Falcó, porque en el año 2002, la propiedad del lugar decidió abrirlo a la celebración de eventos particulares, previo pago del alquiler. Hoy, el palacio del Marqués de Mirabel es visitable, a cambio de una entrada de cuatro euros, y entre sus mayores atractivos están el patio y también la torre, que tiene una de las mejores vistas de Plasencia.
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Probablemente ahí se fotografíen los novios como recién casado. Isabelle Junot es la hija mayor del que fuera el primer marido de Carolina de Mónaco, Philippe Junot, y de Nina Wendelboe-Larsen. Se ha criado en diferentes países y habla cinco idiomas: español, inglés, francés, danés e italiano. Aunque estudió interpretación, se dedica a la nutrición, a través de su propia marca, Isa Healthy Live, que comercializa principalmente a través de la red social Instagram. Álvaro Falcó Chávarri es licenciado en ADE (Administración y Dirección de Empresas) por la Universidad Francisco de Vitoria y tiene un máster en Comunicación Corporativa por el IE Business School. Su ámbito profesional principal es el marketing. Los dos están desde hace unos días en Plasencia, donde este sábado firmarán un nuevo capítulo para el libro de las bodas extremeñas de la familia Falcó.
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