El 9 de febrero acaban los seis meses de prueba que fijaron los vendedores ambulantes y el ayuntamiento en el acuerdo de traslado del mercadillo de la Hispanidad al recinto ferial del Berrocal.
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«Y a partir de ese día, el siguiente martes será el ... 14 de febrero, ya no nos ponemos más en el ferial; o volvemos a la Hispanidad o no hay mercadillo», afirma Juan Vázquez, uno de los integrantes de la comisión negociadora. «No nos hemos ido antes porque tenemos un acuerdo firmado y vamos a cumplir con el compromiso adquirido», señala. «Pero tenemos claro, después de seis meses de prueba, que el traslado no ha funcionado».
Los vendedores ambulantes quieren volver a su anterior ubicación en la avenida de la Hispanidad. «No necesitamos más meses de prueba para constatar que no hay mercadillo en el ferial, que es una auténtica pena».
Los números no les salen, «porque hemos perdido el 80% de los clientes que teníamos; aquí no viene nadie de Plasencia». Por eso, Juan Vázquez asegura que solo durante agosto el mercadillo contó con público en el recinto ferial. En un mes marcado por el turismo todavía, «lo cierto es que trabajamos bien». A partir de ese momento, «la tendencia ha ido a la baja de forma permanente». La lluvia que ha caído buena parte del otoño no ha contribuido a revertir la tendencia, como tampoco lo ha hecho el retraso en contar con transporte urbano hasta el ferial ni el hecho de que siguen sin estar en funcionamiento los servicios de hostelería que se prometieron. Las gastronetas –dos bares y una churrería– continúan sin aparecer por allí.
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«Tuvimos un puesto que funcionaba como bar, para dar servicio a vendedores y clientes, pero no ha durado nada, porque en esta ubicación no se saca ni para cubrir gastos», asegura el portavoz de los vendedores ambulantes. «Nosotros no sacamos más de 20 euros en ventas los martes que llevamos aquí, así que la solución está clara: nos tenemos que ir del ferial, de un espacio que está desangelado y en el que no hay quien pare cada vez que hace viento, que en esta ciudad son muchos días».
Tanto es así que en realidad el mercadillo viene durando poco más de tres horas los martes en el Berrocal. «En la Hispanidad montábamos a las 7 de la mañana y media hora después ya empezaba a haber gente; aquí llegan pocos, lo hacen a partir de las 10 y antes de las 12 ya estamos recogiendo».
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De hecho, aunque en agosto se trasladaron los 139 cesionarios de puestos, «muchos ya ni vienen, así que los demás extendemos más nuestros puestos para evitar que se vean tantos huecos», detalla Juan Vázquez. «Así que lo dicho, una pena, seguimos haciendo el esfuerzo de montar los martes por el compromiso firmado, pero queremos trabajar para comer y aquí no es posible». Especialmente, concluye, para los vendedores ambulantes que vienen de fuera de la ciudad: «No sacan ni para pagar el gasoil que gastan».
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