Secciones
Servicios
Destacamos
R. BASIC
Sábado, 11 de noviembre 2006, 02:40
Después de rodar la excelente 'En la ciudad' (2003), Cesc Gay esperó tres años para parir 'Ficción', una historia sin argumento que se sostiene por su verosimilitud. La película es de una sencillez palpitante, tan terrenal y cotidiana que, justo por eso, conecta con los recuerdos y las oportunidades perdidas de los espectadores. La nueva 'criatura' del director catalán habla el lenguaje de la soledad compartida, se apoya en el ruido que sólo el silencio puede desencadenar y se alimenta de las inseguridades -y las certezas- de un grupo de personas que rondan la cuarentena y examinan los tiempos pasados.
'Ficción' es un tratado sobre la contención emocional de un hombre y una mujer que están hechos uno para el otro, pero que se han conocido demasiado tarde, en un tiempo en el que la responsabilidad pesa más que el corazón y el deseo. Gay construye un relato que se sirve de los silencios para ahondar en la expresividad de unos personajes cobardes, indecisos, que no se atreven a sacar a la superficie lo que les quema por dentro. Hacerlo supondría romper con los compromisos y las promesas verbalizadas hasta la saciedad, cerrar la puerta de la corrección para no volver jamás. Demasiado riesgo a cambio de un futuro incierto.
Para contextualizar el nucleo argumental de la historia, la película transcurre en un pequeño pueblo del Pirineo. Álex (Eduard Fernández) es un director de cine en plena crisis de creatividad que acude a la casa de su amigo Santi (Javier Cámara) -anclada en un paisaje de postal- para 'desbloquear' su mente creativa. Allí conocerá a Mónica (Montse Germán), una violinista de la que enamorará poco a poco, al igual que ella de él, sin que ninguno de los dos se atreva a quebrar el orden establecido para construir un proyecto en común.
Una película vivida
Cesc Gay firma una historia de amor en toda regla, pura y sin aditivos, que explora el deseo y los sentimientos de dos personas conscientes de que la vida les ha juntado demasiado tarde, en un contexto imposible. Los dos llegaron a la montaña para encontrarse a sí mismos, desintoxicarse de la realidad y asumir que el paso de los años encierra una serie de pérdidas imposibles de recuperar.
Sin embargo, en su viaje 'curativo' hallaron su alma gemela, su media naranja, las confesiones a medianoche, la compresión de un extraño... Al final, cuando Álex ve marchar a Mónica, sin haber escrito ni una línea del guión, comprende que por fin ha encontrado la película que quiere filmar. La misma que han protagonizado ellos dos, un hombre y una mujer que no se han atrevido a amarse.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.