
GABRIEL CORBACHO
Miércoles, 25 de julio 2007, 19:11
«Mari Carmen, el domingo nos pusimos como locos». Estas fueron las primeras palabras de una de las clientas que entró en la Ferretería 'Amparo', regentada en Barcarrota por María del Carmen Contador, tía del segundo clasificado del Tour. En las calles de este pueblo pacense, los éxitos de Alberto Contador se han convertido en el principal tema de conversación. «Nos está robando las siestas, ahora nos juntamos toda la familia delante de la televisión para ver a Alberto», explica una jubilada del municipio.
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Alberto Contador nunca ha dejado de visitar la localidad donde nacieron sus padres y actualmente habitan sus tíos, sus primos y sus cuatro abuelos. Allí empezó su afición por la bicicleta siguiendo los pasos de su hermano Francisco y allí ganó su primera carrera. Su pueblo de adopción siempre le ha mostrado su cariño, como en el 2005, cuando lo eligieron pregonero de las fiestas, ya recuperado del cavernoma que estuvo a punto de retirarlo del ciclismo.
María del Carmen esperaba mucho de su sobrino, pero no tan pronto. «Creo que el líder sueña cada noche con mi sobrino», señalaba. En cuanto a los parecidos existentes entre el ciclista español y Lance Armstrong, la tía de Contador se muestra tajante: «Alberto no se compara con nadie, dice que cada ciclista tiene su momento y cada uno es como es, aunque es verdad que Armstrong es su ídolo, incluso leyó su libro mientras se recuperaba de la operación por el cavernoma».
La tía del ciclista del Discovery Chanel recuerda que Manolo Saiz sigue apoyando al joven corredor en la distancia. «Se interesa mucho por él, no lo olvida, él lo hizo como ciclista». También cuenta que, pese a la prudencia en las declaraciones a los medios, su sobrino le ha dicho a sus padres que «sabe que aspira a mucho» y que «va a por todas».
En el Bar 'Chinarro' los parroquianos se reúnen para seguir las pruebas de ciclismo durante todo el año. Tras la barra, Alfredo presume de ser la primera persona que pidió un autógrafo a Contador, al tiempo que enseña un maillot que le dedicó en su etapa en el desaparecido equipo 'Liberty Seguros'. Ahora espera otro obsequio del ciclista, en el que confía ciegamente: el maillot amarillo.
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Sus dos abuelos maternos, Celestina y Francisco, cuentan que Alberto «es muy tranquilo, muy sencillo y cumple muy bien lo que exige el deporte». Francisco recuerda que, en su juventud, fue sastre y tenía que viajar a los pueblos de la comarca en una bicicleta que pesaba más que él. Por eso «de raza lo trae el galgo», comenta en referencia a su nieto. Celestina, por su parte, se muestra más preocupada «por que no tenga ninguna caída».
Rufino es cicloturista y conoce como pocos en el pueblo este deporte. Afirma que veía venir el éxito de Contador porque había leído buenas críticas sobre él en revistas especializadas. «Se están viendo etapas muy bonitas y Alberto está llegando a la gente con más fuerza que el efecto Pereiro», añade. Incluso se anima a dar un pronóstico para hoy: «creo que atacará en el penúltimo puerto, el de Marie-Blanque, es cortito pero muy duro. Ya veréis la que se avecina».
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