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CELESTINO J. VINAGRE
MÉRIDA.
Viernes, 17 de julio 2020, 08:17
El hotel-monasterio de Rocamador, situado en medio de un paraje de dehesa en el término de Almendral (1.220 vecinos, mancomunidad de Olivenza), volverá a abrir a principios del próximo año. Lo hará de la mano de una empresa bodeguera extremeña, Pago de las Encomiendas, propiedad de la familia villafranquesa Carrillo García, que ha comprado el inmueble y la finca a un fondo de inversión. Tras ocho años sin actividad, este alojamiento de cuatro estrellas ideado por Carlos Tristancho y Lucía Bosé, asentado sobre un antiguo convento franciscano de 1512, volverá a funcionar en el primer trimestre del próximo año. Lo hará tras invertir entre dos y tres millones de euros, calculan los nuevos propietarios.
Desde el pasado 29 de junio, Pago de las Encomiendas es el nuevo dueño del hotel rural de Rocamador, de 3.777 metros cuadrados construidos, incluido dentro de una finca de dos hectáreas. De esta forma finaliza un periplo de ocho años entre el cierre, el inicio del concurso de acreedores y la liquidación de la sociedad que lo gestionaba al no poder reflotarse el negocio. El convento pasó a los bancos y acabó en un fondo de inversión. Su mobiliario fue subastado –se obtuvieron 700.000 euros– para pagar a acreedores y el edificio quedó abandonado.
Su estado actual es bueno toda vez que se trata de una edificación rehabilitada por completo y que empezó a funcionar en 1999 y ha contado con vigilancia. Solo al poco de cerrar (2012), fue víctima de robos. Se llevaron parte de la vajilla y de los vinos que tenía. Desde entonces se puso seguridad privada.
«Comprar Rocamador ha sido una oportunidad. No la buscábamos expresamente sino otra bodega, pero se presentó y decidimos adquirirla para darle continuidad a nuestro proyecto empresarial», señala a HOY Diego Reyes Carrillo García.
Junto a su hermano Juan Pedro, son los propietarios de Pago de las Encomiendas, empresa puesta en marcha en 2007.
Naturales de Villafranca de los Barros, han redirigido parte su negocio al aprovechamiento turístico de sus bodegas. Como adelantó este diario en marzo de 2017, han construido un aeródromo, el primero del país que se halla junto a una bodega hotel, El Moral, de cuatro estrellas, enclavada en Ribera del Fresno.
Cuentan también con una bodega por gravedad y otra de crianza biodinámica y centro de interpretación en Villafranca.
«Siguiendo con la idea de ofrecer experiencias singulares, adquirimos el hotel-convento de Rocamador, que en su día fue catalogado como el hotel con encanto más bonito de España por la agencia Gourmetour, de referencia nacional en el sector turístico y gastronómico. Nuestro objetivo es devolver las instalaciones a su máxima expresión e introducirlas en nuestro circuito enoturístico», incide Diego Reyes Carrillo.
Los dueños de Rocamador recuperarán la bodega del antiguo monasterio, «creando nuestros propios vinos gracias a que la primavera próxima vamos a plantar vides (tinta de la variedad garnacha) en una hectárea», agrega.
La idea es que a finales de febrero o marzo próximos reabra el hotel, con sus 30 habitaciones, las antiguas celdas de los monjes, de las que cinco son suites.
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