¿Qué ha pasado hoy, 11 de abril, en Extremadura?
El equipo completo de la empresa 'La Hormiga Verde' en su sede de Villafranca de los Barros. J. V. ARNELAS

El ejército de 'hormigas' comprometido con la economía circular

INNOVA ·

La empresa La Hormiga Verde de Villafranca de los Barros se dedica a la gestión de basura electrónica. Extraen materias primas y reacondicionan aparatos para que tengan una segunda vida

TERESA CORRAL

Miércoles, 31 de marzo 2021, 07:22

Regreso al Futuro II vaticinó lo que estaba por venir. En película, estrenada en 1989, el Dr. Emmet Brown modificó el depósito del emblemático automóvil DeLorean para que se pudiera llenar con cáscaras de plátanos. Aquel invento disparatado se convirtió en realidad: ya en el siglo XXI se producen combustibles sostenibles como biogás, bioetanol o biodiesel a partir de residuos orgánicos. Este proceso de transformación, vaticinado por los guionistas de la película, es el ejemplo perfecto para entender el nuevo modelo económico que se colará en el futuro más próximo: la economía circular.

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Hasta ahora, el modelo imperante es el lineal: usar, consumir y tirar. Este sistema deja a su paso una gran cantidad de residuos en el agua y en la tierra que, a su vez, generan una multitud de alteraciones en el ecosistema. Ante este problema, nace la llamada economía circular, cuyo objetivo principal es que los recursos (materias primas, agua, bienes…) se mantengan en la economía el mayor tiempo posible. Su lema: reducir, reutilizar y reciclar.

De momento, no se conoce ninguna empresa extremeña que sea capaz de fabricar combustible con basura, pero el mundo de los residuos ha dado lugar a nuevos modelos de negocios en la región. 'La Hormiga Verde' es una startup, ubicada en Villafranca de los Barros, con una actividad basada en la economía circular. Recogen basura para extraer materias primas sí, pero no trabajan con cualquier tipo de residuos; se dedican de manera exclusiva a la basura electrónica, es decir, a los residuos eléctricos y electrónicos. «Lo que hacemos es un concepto integral de reciclaje. En nuestra empresa prácticamente recuperamos el 100% de las materias primas de los aparatos», resume el gerente, Ignacio García Gamero.

Un operario de la empresa extrayendo cobre de una máquina. J. V. ARNELAS

Un extremeño genera alrededor de 15 kilos de basura electrónica, según los datos aportados por la empresa. Partiendo de esta cifra, en la región se desechan un total de 15.000 toneladas al año de residuos electrónicos. Componentes de móviles, ordenadores, lavadoras o consolas de videojuegos, como plásticos, metales o cobre, son desechados al día cuando se podrían seguir utilizando. Un móvil fue el punto de partida de la idea de García: «Me dio por observar con más detenimiento el teléfono móvil y pensé: esto no deja de ser plástico, metal… Son materiales que se pueden reutilizar».

Ignacio estuvo muchos años inmerso en el sector de la biomasa y de ahí su preocupación por aprovechar las materias primas. Como a tantos otros, la crisis económica de 2008 le llevó a reinventarse. Este ingeniero industrial de profesión, y emprendedor de vocación, comenzó el proyecto en solitario: «En septiembre de 2018 empecé solo desmontando aparatos porque antes que nada consideraba que tenía que aprender lo que iban a hacer los empleados». Unos meses después, ya en 2019, contrató a dos personas y ahora, tan solo dos años después, el ejército de 'hormigas' está compuesto por un total de 26 personas. «Durante este año, posiblemente, seremos 35 empleados. Intentamos dosificar el crecimiento, aun así cada año se incorporan 10 o 12 personas», añade.

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Pero a Ignacio no le bastaba con un modelo de negocio comprometido con el medio ambiente, quería incorporar valor social a la empresa. «El enfoque social lo tenía claro desde el principio. Mi idea inicial era crear una asociación sin ánimo de lucro, pero en Extremadura no es posible crear una asociación con fin empresarial» reconoce. Sin recibir prácticamente asesoramiento, se lanzó con su nueva aventura empresarial y eligió como acompañantes de viaje a personas con discapacidad. «En el PAE (Punto de Acompañamiento Empresarial) de Mérida me hablaron de crear un centro especial de empleo con personas con discapacidad». En ese momento, se puso en contacto con Cocemfe y le ayudaron a encontrar a personas dispuestas a trabajar en 'La Hormiga Verde'.

El gerente de la empresa, Ignacio Carcía Gamero, mostrando varias placas base. J. V. ARNELAS

Una de las últimas en incorporarse es Rocío Ríos, enferma de esclerosis múltiple y la única mujer que encontramos en las mesas de desmontaje. Su labor, como el de la mayoría, es separar las piezas de los aparatos eléctricos y reconoce que su enfermedad no le afecta para desempeñar el trabajo: «Para mi lo importante es trabajar y sentirme útil. A veces los brazos se me cansan un poco, pero me compensa», declara. Después de trabajar en una lavandería y en supermercados, Rocío se muestra «contentísima» de esta nueva oportunidad laboral.

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Es un centro especial de empleo donde trabajan personas con discapacidad

Han fabricado sillas a partir de las carcasas de plástico de los aparatos eletrónicos

Con 58 años de edad, Domingo Moreno también tuvo que reinventarse y ahora es una de las piezas claves de 'La Hormiga Verde'. Al igual que Ignacio, este extremeño sufrió las consecuencias de la crisis económica: «Estuve cinco años en el paro después de haber trabajado en una cadena de supermercados. Conseguí entrar en Correos donde conocí a una persona y gracias a ella estoy aquí». Con su título de técnico en electrónica, obtenido en los años 90, y una discapacidad del 34%, Domingo ahora es el encargado de reparar aparatos electrónicos actuales para que tengan una segunda vida en el mercado. «Tenemos un producto que se llaman los PC sociales, ordenadores fabricados a partir de varios equipos, que se venden por un precio asequible a particulares o asociaciones». Estos ordenadores se pueden comprar completo con teclado y ratón por tan solo 50 o 66 euros, dependiendo de si el sistema operativo es Ubuntu o Windows 10 pro.

Más allá de reacondicionar ordenadores y extraer materias primas de todo tipo de aparatos que no pueden tener una segunda vida en el mercado, en 'La Hormiga Verde' también reparan paneles solares de centrales fotovoltaicas con la lámina exterior estallada: «Comprobamos que dan al menos el 90% de la potencia y le aplicamos un producto para que la superficie quede lisa» cuenta Domingo. Desde la empresa recogen todos los residuos a través de su red de micropuntos verdes y ponen en venta todos estos objetos después de que Domingo los repare. Ordenadores, placas solares, consolas… y hasta una plancha de los años 60 han pasado por las manos de este apasionado de la informática. «El objeto más curioso que me encontré fue una plancha de ropa de 1960 que tenía hasta tres tomas de corriente. Está colgada en antigüedades de Wallapop junto con otras consolas antiguas, juegos…».

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Domingo Moreno, encargado de reparar los aparatos electrónicos. J. V. ARNELAS

Por si fuera poco, 'La Hormiga Verde' también ha dado sus primeros pasos en la fabricación de objetos a partir de residuos. Con plásticos construyen sillas. «Trituramos el plástico, lo metemos en una máquina con la que obtenemos una especie de churros de plásticos y los introducimos en un molde cuadrado para conseguir un tomo». Es lo que se conoce como perfiles plásticos y podría sustituir a la madera natural para evitar la tala de árboles. Para Ignacio esta es una de las líneas de crecimiento de la empresa: «Mi idea es desarrollar carpintería plástica y fabricar, por ejemplo, bancos de madera para las calles y avenidas. Se atornilla igual, se corta igual… lo único que falta es que las administraciones tomen conciencia».

Los residuos electrónicos son una de las mayores amenazas para el planeta. Según las Naciones Unidas, en 2019 se alcanzó el récord de basura electrónica con 53,6 millones de toneladas en el mundo y se prevé que para 2030 se llegue a los 74 millones de toneladas. Desde 'La Hormiga Verde', además, advierten de la peligrosidad de los vertederos y de que la venta electrónica pone en jaque el actual sistema del reciclaje. Por eso es imprescindible incorporar la economía circular a nuestras vidas; un sistema que podría generar unos 160.000 puestos de trabajo en España de cara al 2030, según el último informe 'Economía Circular en Pymes en España'. De momento, este pequeño ejército de 'hormigas' ya ha sembrado el camino esperanza en la región, demostrando que se puede -y se debe- apostar por el sector del reciclaje para crear empleo de calidad y dejar un mundo más sostenible.

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