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Manuel Díaz Moreno fue lo que hoy se diría un emprendedor de éxito. Algunos apuntan a que montaba las empresas para generar puestos de trabajo y luego las vendía. Una de sus empresas fue una harinera en la calle Pizarro.
Se casó con una mujer de Villafranca de los Barros y sólo tuvo una hija, que se metió a monja. Fue tal su éxito empresarial que contó con una calle en su ciudad natal, la calle que ahora se denomina La Cruz. Este empresario fue el que construyó en la década de los años 80 del siglo XIX la conocida como Fábrica de la luz, ahora demolida.
Unos dicen que se llamaba así porque allí se generaba la luz con unos generadores que pudieran ser de gasóleo y, de hecho, algunos restos permanecieron allí muchos años.
Más tarde se creó la Sociedad para el alumbrado eléctrico 'La Concepción', que permitió llevar la electricidad para que la ciudad de Almendralejo contase con alumbrado público a finales del siglo XIX. Esa sociedad suministradora de luz eléctrica pasó después a manos de una empresa llamada J. Madroñero y compañía. Posteriormente, esa vieja Fábrica de la luz, ubicada en la carretera de Badajoz, fue adquirida por la Compañía Sevillana de Electricidad, que en un principio sólo daba servicio a Andalucía y a una parte de la provincia de Badajoz.
Se creó en ella un nudo de entroque de entrada y salida de líneas eléctricas de media tensión que llegaban desde Villafranca y que servían para dar electricidad a toda la ciudad. A ese nudo llegaban las líneas de 15.000 voltios y salían otras que circunvalaban a la ciudad, aunque no llegó a ser una subestación eléctrica, confirman trabajadores de la antigua Sevillana.
Fue el momento del despliegue industrial que vivió Almendralejo en el sector vitivinícola y para cuya pujanza fue clave este suministrador de electricidad.
Entonces, la fábrica servía también como almacén para guardar el material de la compañía de electricidad y contaba con una vivienda. En ella residía Juan Carrasco, que, además de electricista, hacía como de guarda de la instalación. Así estuvo hasta que Sevillana la vendió y pasó a manos privadas.
En el año 2004, el Ayuntamiento de Almendralejo, ya gobernado por Ramírez, se reservó una opción de compra sobre este terreno, con la idea de ubicar en él el segundo centro de salud de Almendralejo, que finalmente fue a parar a San Roque
Finalmente no la asumieron y la Fábrica de la luz pasó a manos de una empresa catalana.
Ya por entonces se llevaban años trabajando en la elaboración del nuevo Plan General Municipal, que incluye un catálogo de inmuebles protegidos en cuya relación aparece esta Fábrica de la luz. Se basaba en que era uno de los escasos ejemplos que quedaban ya de una arquitectura industrial, testigo de la frenética actividad industrial que llegó a tener Almendralejo a principios del siglo XX. Sin embargo, la aprobación definitiva sigue sin llegar.
Tras el boom inmobiliario, la empresa entró en quiebra y en concurso de acreedores. Precisamente el juzgado de lo mercantil número 3 de Barcelona es el que se puso en contacto con el Ayuntamiento de Almendralejo en el año 2017 para ofrecerle la cesión gratuita de los terrenos con la condición de que se le diera un uso dotacional al mismo.
Lo hizo después de considerar que la cesión era más razonable que asumir la única oferta que había habido durante el proceso concursal y que establecía un precio de 2.000 euros para hacerse con los terrenos y la vieja fábrica, según la documentación a la que ha tenido acceso HOY.
Después de que el Gobierno municipal en la pasada legislatura decidiese no asumir la cesión gratuita, porque consideraban que el inmueble tenía cargas –como el mismo Partido Popular confirmó esta semana–, se recibió una oferta económica de un empresario de Villafranca de los Barros para quedarse con esos terrenos. No ha trascendido el dinero que pagó por quedarse con el inmueble.
De esa forma, cuando el nuevo equipo de gobierno recién llegado en verano de 2019 quiso asumir la cesión de la Fábrica de la luz, el juzgado barcelonés contestó que la oferta ya no estaba sobre la mesa, puesto que habían recibido una solicitud de compra por parte de un empresario privado, según aclaró el alcalde, José María Ramírez.
La vieja fábrica y los terrenos que posee no volvieron a ser noticia hasta el pasado pleno municipal, cuando se aprobó un expediente de desarrollo urbanístico, aunque en la sesión no se dijo que se trataba de esta conocida edificación.
El pasado sábado saltó la alarma cuando la asociación Almendralejo Patrimonio y Ciudadanía alertaba de que la vieja fábrica había sido demolida casi en su totalidad y anunciaba una denuncia ante Patrimonio.
Según su presidente, Víctor Asuar, el edificio está protegido por la Ley autonómica de Patrimonio, aunque fuentes municipales apuntan a que no lo está al no estar aprobado el nuevo PGM y reconocen que desde el punto de vista patrimonial ha sido una pena que el edificio desaparezca.
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