La Guardia Civil investiga la desaparición de dos hermanos en Los Santos de Maimona

Durante cerca de dos horas se prolongó la escena. Rafa, ahora detenido, estuvo este jueves entrando y saliendo de la vivienda que comparte con dos hermanos profiriendo insultos y amenazas a los vecinos de Los Santos de Maimona y a los agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil que vigilaban la zona.

Con una horquilla agrícola en la mano, este hombre de 58 años de edad impedía que los agentes se acercaran a él. Trataron de reducirlo utilizando un espray y una defensa, hasta que finalmente, en torno a las cuatro menos cuarto de la tarde, fue detenido y trasladado al cuartel de la Guardia Civil. «Me he entregado yo», repetía a los policías y guardias civiles que participaron en la detención.

La presencia de los agentes en las proximidades de su domicilio de la calle San Cristóbal no era casual. Estaban investigando la desaparición de los dos hermanos mayores de Rafa, que están en paradero desconocido.

A las nueve de la noche la Guardia Civil pudo entrar en la vivienda. Un furgón trasladó al detenido hasta la zona acompañado de su abogado y, tras firmar la documentación que le presentó la secretaria del juzgado, les entregó la llave de la casa a los agentes.

Con anterioridad, se había reforzado la seguridad en la calles, en la que permanecía una importante concentración de vecinos y de medios de comunicación. Todos detrás del cordón de seguridad que situaron los agentes a unos cien metros de la vivienda.

Tras el registro de la vivienda, a las 22 horas, toda la comitiva judicial ha conducido al arrestado hasta la calle Arroyo El Bargil, donde los hermanos tienen un corralón. Fuentes de la Guardia Civil confirman a HOY que no se han encontrado los cuerpos de los hermanos ni en la vivienda ni en el corralón, que ha quedado precintado. Este viernes continúan las pesquisas y el arrestado ha sido trasladado a dependencias de la Guardia Civil.

A las 22.45 horas de este jueves el alcalde de la localidad, Manuel Lavado, pidió a los vecinos «calma y que no se hagan conjeturas».

La voz de alarma sobre la desaparición de los hermanos se dio el miércoles. Desde la residencia a la que acude con mucha frecuencia a comer y a recoger la cena uno de ellos, Kikín, alertaron que no había pasado por allí en varias jornadas. Los vecinos también informaron que llevaban un par de días sin ver tampoco a Antonio, el tercero de los hermanos, y que el coche no se había movido de la puerta de la casa.

Por ello, el mismo miércoles, dos policías locales se acercaron al domicilio en el que residen los tres hermanos. Rafa les abrió la puerta y les dejó pasar, aunque se mostró reacio a que accedieran a algunas dependencias de la casa. Sí llegaron hasta el corralón, donde comprobaron que había unas cajas de cartón con manchas oscuras.

En la mañana de ayer repitieron la visita, pero el detenido ya no les dejó entrar en la vivienda y prefirió salir a hablar con los agentes en la calle.

En un determinado momento, ya con la Guardia Civil en la zona, Rafa se puso nervioso y comenzó con los insultos y las amenazas. Primero hacia los agentes y luego al resto del vecindario. «Tengo una escopeta dentro y os voy a matar a todos», gritó en más de una ocasión. Es cierto que en la casa hay algún arma, ya que Kikín, uno de los desaparecidos, es cazador.

El jaleo hizo que empezaran a congregarse vecinos. En el momento de la detención, que fue aplaudida por los asistentes, había unos dos centenares de personas observando la escena.

Una vez esposado, el detenido manifestó desconocer dónde estaban sus hermanos y aseguró que llevaba varios días sin verles. «Cuidado, que en mi casa hay mucho dinero», levantó la voz en algún momento. Posteriormente fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil.

Los tres hermanos, que son conocidos en la localidad, residen juntos en la casa familiar, que era de sus padres.

No es la primera ocasión en la que tienen problemas con sus vecinos. Una vecina ya interpuso una denuncia hace tiempo porque uno de ellos había rociado con excrementos humanos un coche aparcado en la calle.