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Un incendio se ha declarado minutos después de las ocho de la tarde de este martes en la planta termosolar 'La Dehesa', ubicada en el término municipal de La Garrovilla (2.300 habitantes), a unos 16 kilómetros de Mérida.
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Tras recibir el aviso sobre las 20.20 horas, al lugar del suceso se han desplazado tres dotaciones de bomberos de la Diputación de Badajoz de los parques de Puebla de la Calzada y de la capital autonómica. También acudieron, de forma preventiva, efectivos de Cruz Roja Extremadura.
No hay heridos y a las 22 horas las llamas ya estaban controladas. Permanecen en el lugar los bomberos del Cpei para supervisar la zona y evitar que el fuego se reactive en una instalación que empezó a producir electricidad hace 14 años.
Ante la posible emanación de gases tóxicos para la salud a través de la columna de humo, los alcaldes de la zona se han movilizado para evitar riesgos a sus vecinos. «Hemos hablado con el 112 y nos han dicho que estaba todo controlado y que no había que preocupar a la población. Si el humo cambiaba de dirección harían de nuevo mediciones, pero de momento los niveles no eran preocupantes», explica la regidora de La Garrovilla, Cristina Romero, quien se ha personado en la planta junto al alcalde de Esparragalejo, la otra población situada cerca de la instalación termosolar, en concreto, a unos 4 kilómetros de la misma.
La planta pertenece a la compañía Renovables Samca, que además de La Dehesa explota otra termoeléctrica en la provincia de Badajoz, La Florida. La potencia total instalada en Extremadura es de 100 MWe.
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Hay que recordar que Extremadura cuenta con 17 plantas termosolares y no es la primera vez que una de ellas registra un incendio. En el año 2022, los vecinos de Valdecaballeros y Cañamero estuvieron confinados durante doce horas en sus domicilios tras declararse un fuego en la termosolar Casablanca. No podían salir a la calle para evitar respirar los gases tóxicos emanados en esa instalación, en el término municipal de Talarrubias.
Las centrales termosolares de concentradores utilizan la energía del sol para calentar un fluido caloportador. Tal como explicó este diario tras el incendio en la planta de La Siberia, el fluido que circula por esos circuitos puede ser mortal en caso de ingestión y penetración en vías respiratorias, además de poder irritar piel y ojos.
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«Se sabe que el benceno es carcinógeno para el hombre y se considera que induce mutaciones hereditarias en las células germinales humanas, además se absorbe por vía dérmica. En estado líquido o vapor es muy inflamable, pudiendo ser mortal en caso de ingestión y penetración en las vías respiratorias, provoca irritación cutánea e irritación ocular grave, además de daño en los órganos tras exposiciones prolongadas o repetidas», detallan las Notas Técnicas de Prevención (NTP), un documento elaborado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo con membrete del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de 2020 referido a este tipo de instalaciones.
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