Francisco J. Negrete
Domingo, 11 de julio 2021, 19:41
El grupo independiente Ipal anunció a través de su portavoz, Manuel Gutiérrez, que sus cuatro concejales presentarán su dimisión si lo hacen también dos o tres del gobierno local y el único socialista, Juan Carlos Prieto. Según expuso Gutiérrez, de esta manera solo quedarían la alcaldesa Marisa Murillo y Cipriano Robles -ambos liberados-, por lo que «la corporación se disolvería y sería la Diputación Provincial la que llevara las riendas del Ayuntamiento». Esta sería una solución al grave problema existente en Alburquerque propuesta por Ipal.
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En una convocatoria en la plaza de España tras finalizar la concentración de trabajadores, otra edil independiente, Alicia García, centró su discurso en el asunto de la falta de enfermeras en las residencias. Sobre esta situación dijo que hay «un deterioro en la asistencia sanitaria que reciben los usuarios» y realizó una serie de preguntas para «el asesor y la alcaldesa». Así cuestionó «¿quién prepara los medicamentos diarios a los residentes?, ¿quién realiza las curas?, ¿quién gestiona las recetas?, ¿quién realiza las pruebas del Sintróm o las analíticas? Y ¿quién se responsabiliza de las funciones que tenían que realizar las enfermeras?». «Todo ese trabajo –añadió Alicia- lo está asumiendo el resto de trabajadoras de las residencias que llevan 7 meses sin cobrar y han cargado con la pesada losa del Covid y han protegido a nuestros mayores como nadie, y ahora se encuentran desprotegidas por la administración». Finalmente pidió al Sepad que intervenga ya porque cada día que pasa todo empeora».
Por otra parte, en el comunicado de los trabajadores afectados por los impagos de hasta nueve nóminas, Pepa Bozas habló del estado de las cuatro residencias y explicó que la lavandería del centro ocupacional, donde se lavaba toda la ropa de los usuarios, no funciona. Bozas detalló que las máquinas llevan meses estropeadas y el Ayuntamiento no tiene dinero para arreglarlas. Asimismo, contó que por ello se manda la lencería de los cuatro centros a una lavandería de Badajoz y, además del coste que supone, «ahora se ha retrasado la entrega de una remesa y parece que se devolvió sin lavar».
Sobre este asunto, Josefa García, familiar de un usuario, lamentó que las cuidadoras les piden que se lleven la ropa de sus familiares para lavarlas en casa. Un problema que planteó si «tendríamos que denunciar a Sanidad».
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