El videojuego Fortnite tiene una calificación de 12+ de PEGI y T para Adolescentes de ESRB, esto es, que generalmente es adecuado para mayores de ... 12 años. No obstante, consiste básicamente en una batalla con armas de fuego poco recomendable para los más pequeños. Sin embargo, raro es el alumno de Primaria que no controla ese videojuego mejor que muchos adultos.
Publicidad
Se comprueba a simple vista en un aula de Primaria en el colegio Zurbarán de Don Benito. Aunque la escena es habitual en cualquier colegio. En este caso, triunfan las camisetas del Real Madrid entre niños y niñas, pero también se cuela alguna del Gimnástico Don Benito; algún superhéroe aparece en las mochilas. Y en uno de los pupitres de primera fila, el nombre de este videojuego protagoniza el estuche. No tienen edad para esas virtuales armas de fuego, tampoco para compartir partidas con el resto de usuario. «El otro día unos nos amenazaron, 'Os vamos a coger y os vamos a matar, maricones», relata sin titubeos uno de los menores con un lenguaje que puede llegar a ser habitual en esas partidas y que, confirma la profesora, se traslada después al patio. «A mí mis padres no me dejan jugar a estos juegos», replica un compañero. Aunque por la reacción del resto, parece que es de los pocos que tiene prohibido acceder a ese campo de batalla.
Esta escena, habitual en la aulas, hace que estos videojuegos tengan un apartado especial en las charlas que lleva a cabo desde hace unos años la Unidad Territorial de Participación Ciudadana de la Comisaría de Policía Nacional Don Benito-Villanueva. De ello se ocupa Manuel Márquez, agente de Policía Nacional y funcionario de apoyo en esta unidad. Su llegada al centro educativo, uniformado, llama la atención. «¡Hola, policía!», le gritan los más pequeños que se entusiasman al recibir la respuesta del agente. Aunque hoy serán los alumnos de 6º de Primaria los que reciban en clase a Márquez. Es algo diferente, no es su profesora, no viene de paisano y esto cambia el comportamiento.
«Ver un policía les da pie para contar ciertas cosas que no cuentan en casa o a sus profesores; conmigo levantan la mano, son participativos y les gusta ser protagonistas y hacerse los mayores delante de la Policía», explica tras una de estas charlas que se prolonga durante una hora, pero en las que él no es protagonista tratando de dar voz a los pequeños. No obstante, en alguna ocasión, la actividad ha servido para detectar problemas en las aulas gracias a los propios escolares. «Ellos suelen hablar mucho y, si veo una situación importante, me reúno después con tutores y padres; en caso de considerar que puede ser constitutivo de delito o hay un menor en riesgo, se activa el protocolo policial», argumenta Márquez.
Publicidad
El acoso escolar, también en su modalidad de ciberacoso, es una de las primeras partes de esta charla. Lo primero, haciendo que ellos mismos definan qué entienden por acoso. Lo más llamativo, quizás, es que lo cuentan con matices propios de haberlo vivido no en primera persona, pero sí de cerca. Después llega el momento de hablar sobre los riesgos que corren en las redes sociales. «¿Es WhatsApp una red social?», les pregunta su tutora. Lo tienen claro: sí, lo es. Además, la utilizan habitualmente con un grupo oficial, pero también con otros en los que no participan todos los compañeros. «Pero videojuegos como Fortnite también han pasado a ser redes sociales porque interactúan ahí, muchas veces con desconocidos», alerta.
Son ellos mismos los que poco a poco, en la conversación, van siendo conscientes de los riesgos y de cómo una inocente charla en redes sociales puede suponer una grave situación para la que ellos, por edad, no están preparados. Pero, ¿a quién recurrirían en los casos en los que se sienten acosados o víctimas de un engaño en la red? «A mis padres o a la Policía», responden sin dudar, aunque dejando a un lado al profesorado que para estos pequeños parece quedar fuera de la ecuación. «Es importante la colaboración de los centros educativos», matiza el agente, que considera que la Policía es una tercera pata. Lo dice, en parte, desde su experiencia. No obstante, la de maestro fue su primera vocación llegando a estudiar la especialidad de Educación Física.
Publicidad
Si bien, entiende que en esas aulas deberían estar también los padres y ser los primeros en recibir estas charlas. «Ya hay dos vidas, una es la real y otra la virtual; no podemos dejar esa vida tecnológica aparte», advierte sobre la iniciativa que en institutos incluye también la violencia de género. Asimismo, se realizan charlas para otros colectivos como mayores, empresarios o personas vulnerables.
Este trabajo de la Unidad de Participación Ciudadana ha servido a Manuel Márquez para recibir hace unos días la cruz al mérito policial con distintivo blanco. Fue en la celebración de los Ángeles Custodios y también se reconoció en este acto por su trayectoria a los agentes Francisco Javier López, Francisco Palencia y José Manuel Rodríguez.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.