«Ojalá todo se acabe y se resuelva esto. Estoy impactada»

Hace fresco y, de vez en cuando, chispea en Monesterio. Apenas hay vecinos que se asomen a la empinada calle El Cerezo, convertida en un improvisado plató de televisión por la abundancia de cámaras. Los pocos residentes que salen muestra su impresión por el detenido que se ha confesado autor de la desaparición y asesinato de Manuela Chavero. «Ojalá todo se acabe y se resuelva esto. Estoy impactada», balbucea una vecina que vive un par de casas más abajo de la de Manuela y, por tanto, muy próxima también a la del joven detenido. Entre la vivienda de Chavero y la de Eugenio. D. V.. no hay más de 25 metros de distancia.

«Estamos deseando que todo esto se resuelve», insiste la vecina mientras la Guardia Civil continúa el interrogatorio al autor confeso del crimen de Monesterio. Unos alumnos del instituto Juan Calero se concentran por curiosidad. El centro educativo está pegado a la calle El Cerezo. «Vivo aquí al lado, en esta calle. No me sorprende tanto si al final ha sido él quien lo ha hecho», resume una alumna de Secundaria.

«Tenemos sentimientos encontrados por la incertidumbre de tanto tiempo por resolver el caso. Por ver si ya se resuelve. Por lo que ha vivido la familia», resume Antonio Garrote, alcalde del municipio.