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Es jueves por la tarde y dos niñas descalzas recién llegadas de Badajoz están haciendo malabares con tres pelotas cada una sobre el parqué del pabellón municipal de Usagre. Allí se ha instalado un trapecio al que se sube otro niño de Córdoba ayudado por un joven de Bilbao al que acaba de conocer. Por la puerta se asoman tres chavales del pueblo. Al principio sienten que han 'invadido' su territorio pero cuando contemplan la escena sonríen.
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El viernes por la mañana los jóvenes lugareños han vuelto a 'su' pabellón y han roto el hielo. Han conocido a las chicas de Badajoz, Berta y Jara, al de Córdoba, Paco, y al de Bilbao, Eneko, y ya se han subido al trapecio. También han probado las pelotas, pero en vez de empezar con tres Jara les dice que intenten antes con dos.
Por la tarde han llamado a más amigos y todos han aprendido técnicas de equilibrista y lo que es una rueda Cyr, una especie de hula-hop gigante. Llegan más adolescentes, ahora de Mallorca, Alicante,... y de repente a las ocho de la tarde arranca un pasacalles por el pueblo animando a asistir a la primera de las dos galas nocturnas previstas en el complejo deportivo 'Domingo Berzal'. El público local no quiere perdérselas.
Usagre es un pueblito de la provincia de Badajoz de apenas 1.500 habitantes situado en la Campiña Sur, pero este fin de semana el circo lo ha colocado en el centro de España, al menos en cuanto a las jóvenes promesas de esta disciplina artística. Equilibrio, malabares, aéreos, acrobacias, clown,... todas sus modalidades se han dado cita desde el jueves hasta este domingo en esta localidad, ya que los usagreños se han convertido en anfitriones del IV Encuentro de Circo Joven, un evento anual de las academias de circo que integran la Federación de Escuelas de Circo Socio Educativo (FEECSE).
Presentaciones, dinámicas, convivencias, talleres para todo aquel que se acerque, pasacalles y espectáculos abiertos están ambientando este pequeño pueblo situado en el centro del triángulo formado por Zafra Hornachos y Llerena. Hasta Usagre han ido llegando de manera escalonada jóvenes de escuelas circenses ubicadas en Menorca, Córdoba, Barcelona, Sevilla, Mallorca, Alicante, Canarias, Valencia, Murcia, Vejer (Cádiz), Torrelavega (Cantabria), Guernica (Vizcaya), Bilbao y Badajoz.
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En el encuentro de Usagre participan casi 200 jóvenes de 12 a 26 años junto a sus formadores y voluntarios. Cada edición se celebra en una población distinta y tras los encuentros de Tarifa (Cádiz) en 2017, Torrelavega (Cantabria) en 2018 y Bocairent (Alicante) en 2019, se ha recuperado la normalidad tras las pandemia y los jóvenes artistas de todo el país se han vuelto a juntar. Esta vez ha sido en Extremadura en el pueblo de José Ángel Vacas, de la Escuela de Circo La Rota, con sede en Badajoz, que este fin de semana ejerce de organizadora en Usagre, una población que aunque no tenga carpa se ha revolucionado gracias al circo. Los asistentes duermen en sacos y esterillas en el pabellón municipal y las comidas son en el salón de la piscina pública.
Cristina Oliva, payasa que también dirige la Escuela de La Rota, decía el sábado a este diario que todos están aprendiendo y disfrutando de lo lindo. «Realmente es muy bonito encontrarnos con escuelas de otras partes porque el circo es muy particular y en cada sitio se practica de manera distinta. Pero lo más bonito es ver cómo los jóvenes se relacionan y conectan unos con otros. Han llegado chicos del pueblo a ver qué pasaba y al final se están metiendo en los talleres porque tenían curiosidad por saber qué estábamos haciendo».
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El encuentro ha sido posible por la colaboración del Ayuntamiento de Usagre, la Diputación de Badajoz y el Instituto Nacional de las Artes Escénicas como entidad adjunta al Ministerio de Cultura y Deporte. Hoy sábado vuelve a haber talleres, pasacalles y gala y mañana domingo una especie de olimpiadas circenses.
Según José Ángel Vacas, «era necesario compartir estos momentos porque en la federación hay cuarenta escuelas y nos vemos los representantes cuando vamos a las asambleas, pero no el alumnado, que necesita espacios así para conocerse».
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José Ángel Vacas
Escuela de Circo La Rota
Además, el encuentro de Usagre sirve para lanzar un mensaje: el del circo como actividad socio educativa que aspira a dar un paso que los equipare al teatro o la danza. «Nosotros somos un tipo de gente especial que no hace lo típico con los niños y las niñas, que suelen ir a fútbol o a ballet. Lo que necesitamos es que esto sea una formación reglada, que se regularicen las escuelas de circo y toda la gente que trabaja alrededor porque promovemos la inclusión y, aunque no somos escuelas profesionales sí hacemos cantera y servimos de plataforma para quienes se quieren dedicar a esto».
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