Existe preocupación por el riesgo que corren las palmeras. :: MAM

Navalmoral declara la guerra al picudo rojo

La propagación pondría en peligro los cerca de 500 ejemplares que hay en el casco urbano

MIGUEL ÁNGEL MARCOS

Jueves, 17 de marzo 2016, 07:45

El Ayuntamiento le ha declarado la guerra al Picudo Rojo, un escarabajo de origen asiático de gran voracidad que en caso de extenderse podría poner en peligro las cerca de 500 palmeras que existen en el casco urbano, 300 de titularidad municipal y 200 particulares. Primero fue con la actuación de los jardineros, después con un bando con recomendaciones para evitar su propagación y ahora ofreciéndose como intermediario para facilitar el tratamiento a los interesados.

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Así lo anunció tras la charla que ofreció Carlos García, técnico de sanidad vegetal de la dirección general de Agricultura y Ganadería, para incidir en los peligros de este insecto coleóptero para la población palmeral y alertar del perjuicio económico que implicaría al municipio «padecer una plaga y el riesgo individual de asumir el coste económico que supondría retirar y soterrar las palmeras afectadas».

El técnico extremeño apuntó que este escarabajo puede recorrer hasta 20 kilómetros en busca de comida, por lo que desaconsejó podarlas, puesto que «aparece súbitamente en las palmeras que desprenden el aroma de su sabia». Según explicó García Barreto, una vez que el animal se inserta en los troncos de los palmerales, estos caen fulminados en pocos días. «La palmera adopta forma de paraguas, alopécica en su extremo superior y con las ramas laterales caídas sobre la corteza. La planta queda tan deteriorada y putrefacta que puede ser tumbada sin apenas esfuerzo».

Para ayudar a evitar esos calamitosos efectos, el primer teniente de alcalde, Iñaki Rodríguez, anunció que el Ayuntamiento hará de intermediario para facilitar el tratamiento a los interesados, que deben llamar en horario de mañana. La charla fue continuidad del bando difundido días atrás, en el que se dice, entre otras cosas, que debido a este patógeno se han tenido que talar miles de palmeras en toda España. Solo en Elche más de 100.000 en los últimos años. Asimismo indica que las palmeras muertas por este motivo deben ser cortadas y enterradas a 2 metros de profundidad, por lo que su desaparición no solo supone un importante coste ambiental, sino también económico, al necesitarse grúas, camiones con caja y personal.

Por último se señala que en caso de infección de la palmera, y conforme a la Ley de Sanidad Vegetal, el propietario es el responsable de apear a los individuos afectados. De no hacerlo podrán ser sancionados, encargándose el Ayuntamiento y cargando la ejecución al propietario por vía subsidiaria.

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