Avisos de Tráfico por niebla en varios puntos de la red viaria extremeña
Vecinos evacuados en el pabellón deportivo de Navalmoral de la Mata. EFE/Ismael herrero

Los evacuados están muy agradecidos, pero desean regresar ya a sus pueblos

Los vecinos alojados en el polideportivo de Navalmoral de la Mata muestran el cansancio y la incertidumbre ante lo que encontrarán al volver

Miguel Ángel Marcos

NAVALMORAL DE LA MATA

Domingo, 17 de julio 2022, 22:54

«A estas personas no les agradeceremos en la vida lo que han hecho por nosotros. Porque están pendientes de todo. Te ven con la botella casi vacía, y te dan otra porque estará ya muy caliente. Nos tienen la mesa de frutas, de pastas, ... de café, de Cola Cao… Están pendientes de todo».

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Así lo dice María del Pilar Barquilla, vecina de Romangordo, que lleva desde la madrugada del sábado en el pabellón polideportivo de Navalmoral de la Mata tras tener que abandonar su casa a toda prisa por la amenaza del fuego. Y son palabras que repiten todas las persona a las que preguntamos.

«Se ve que lo hacen con amor. Algunos de los que han estado aquí, les han cambiado de sitio y han venido todo el cariño a despedirse de nosotros. Ha sido increíble. Tenemos ganas de irnos, porque nuestra casa es nuestra casa y queremos saber lo que vamos a encontrar. Pero nos han cuidado, nos han mimado, nos han dado cariño... Eso no lo pagaremos nunca», añade.

La espera para saber cuándo regresarán se hace larga, porque son muchas horas. Pero hasta estas situaciones difíciles tienen su lado positivo. Sobre todo niños y jóvenes, que en algunos casos comentaban que ha sido como si estuvieran «en un campamento».

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(De izq. a drcha.) María del Pilar Barquella, de Romangordo; Raquel Jiménez de Higuera; y Raquel Medina, alcaldesa de Navalmoral. HOY

«Hay una chica (Irene) que se pone con los niños a jugar, les han llevado a la piscina… Tenemos ganas de ir al pueblo, pero dentro de lo que cabe y las posibilidades que tenemos, aquí se está muy bien», añadía Ana Elena, de los desalojados más jóvenes que ocupan el pabellón moralo.

En parecidos términos se expresaba el alcalde de Romangordo, Evaristo Blázquez. «La gente está cansada y tenemos ganas de irnos. Pero por otro lado, los vecinos están encantados del trato que les están dando. Todos me preguntan qué se ha quemado. La verdad es que en Romangordo no se ha quemado mucho. Calculo que pueden ser 30 hectáreas. No mucho más. Tenemos que dar gracias también a la UME. Hay veces que nos quejamos del servicio. Pero aquí ha sido fabuloso. Hicieron unos contrafuegos la primera noche sobre la garganta de La Canaleja y yo creo que es lo que ha salvado que el fuego venga hacia la zona de Romangordo e Higuera».

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Cansados

Raquel Jiménez, trabajadora del Ayuntamiento de Higuera de Albalat y responsable del centro de interpretación de las abejas, comentaba que están cansados y esperando volver. «Queremos volver ya, aunque estamos muy bien atendidos. Pero como en casa en ningún sitio. Qué que hemos hecho estos dos días?. Charlar. Charlar unos con otros. Hablar de la situación y esperar noticias. Es verdad que nos quedamos mucho más tranquilos cuando nos dijeron que no había llegado el fuego al pueblo. Pero después de saber que el pueblo estaba bien, lo que queríamos es saber es cuando podíamos volver».

En Higuera de Albalat pasa también los veranos Julián García, natural de Burgos y residente durante muchos años en Francia. «Todos los años venimos de vacaciones a este pueblo, porque mi familia está en Higuera y la gente es maravillosa y no se merecen una desgracia como ésta. Y si me dejas, me gustaría decir que la ayuda que hemos tenido a nivel moral o a nivel de material, ha sido extraordinaria. Gente que se ha dado entera por nosotros. Hasta nos han traído ropa, porque salimos con lo puesto. Todo lo que se pueda decir bien de la gente que trabaja aquí, se lo merecen ampliamente».

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Y, efectivamente, a su lado se encontraban apilados varios montones de ropa, en muchos casos de niños, que han llevado los vecinos, al igual que han hecho con toallas o cepillos de dientes.

Incertidumbre

Raquel Medina, alcaldesa de Navalmoral, remataba esta información explicando que ha sido una experiencia más que sumar, «aunque esperamos que no tengamos que sumar muchas de este tipo. Hemos intentado que las personas que se han visto desplazadas de sus hogares hayan estado lo mejor posible. Que estén atendidas en todas sus necesidades básicas. Dada la situación de incertidumbre que tienen respeto a las viviendas, que aquí no tengan que preocuparse de nada más. Y creo que entre todos lo hemos conseguido».

Medina añade que los evacuados son personas «extraordinarias que nos han dado una lección de saber estar a todos. No se han quejado en ningún momento. Han demostrado un saber estar increíble. Igual que los voluntarios de Protección Civil, los psicólogos y trabajadores sociales, Cruz Roja, la cuadrilla municipal, los empresarios y empresarias locales o los vecinos que están colaborando en todo y en más que se pidiera. También la gente que se ha ocupado de los animales de compañía, que son familia para estas personas. Dentro de la desgracia ha sido una experiencia humana increíble. Pero esperamos que todo se solucione y mañana (por el lunes) puedan volver a su casa».

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Una vivencia similar se vive en el pabellón de Almaraz con los vecinos desalojados de Casas de Miravete, aunque con un día más de estancia y, en algún caso, bastante enfado por no haber podido regresar antes a un pueblo que está mucho más afectado por las llamas, hasta convertir en cenizas buena parte de su abundante vegetación.

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