Miércoles, 18 de marzo 2020, 18:23
Nicolás es hijo de Beatriz y Alfredo, de Ceclavín, en la provincia de Cáceres. Beatriz está en el paro y Nicolás es ganadero de ovino. La cuarentena la están pasando con incertidumbre, cada vez que salen de casa, al regresar se lavan bien las manos y se quitan toda la ropa que traen. No ven a los abuelos ni al resto de la familia. El niño, de dos años, les tiene la casa revuelta, llena de juguetes. A veces se ponen a hacer el ganso con él, a bailar o a jugar al 'coge coge' o al 'Cu cu ¡tras!', se sube por los sillones...
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Beatriz y Alfredo aseguran que le permiten a Nicolás mucho más de lo habitual en estos días de encierro. Consideran que hay que concienciar a la gente para que se quede en casa porque hay aún mucho cachondeo. Alfredo dice que por desgracia él tiene que atender a los animales y ver los sembrados y tiene que salir, «pero de la finca a casa y viceversa, y la verdad es que el niño muchas veces es el que nos hace olvidar en casa los problemas y el coronavirus sacándonos una gran sonrisa«.
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