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El siempre colorido Jarramplas, con decenas de tiras de tonalidades diferentes y una inconfundible máscara, ha cumplido este domingo con la tradición y se ha lanzado a las calles de Piornal para que sus vecinos le castiguen con una lluvia de nabos ... mientras toca el tambor.
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Un total de 30.000 kilos están dispuestos para que este domingo y mañana lunes, el municipio cacereño cumpla con una de las tradicionales ancestrales de la región y den un escarmiento a este curioso ladrón de ganado. Este domingo hacía tanto frío, como siempre por San Sebastián, que los termómetros no habían logrado subir de los cero grados cuando los piornalegos esperaban ya al Jarramplas con el primer nabo en la mano antes de las once de la mañana. Detrás de él han ido corriendo para lanzarle todos los que podían durante unas dos horas de ajusticiamiento tan festivo como feroz.
Bajo tanto colorido y tan atemorizante máscara que luce el Jarramplas se esconderán este lunes Guillermo Merchán y Rubén Pérez, que llevan 18 años esperando el momento de vestirse con el traje hecho de retales y una máscara con cuernos y crines de caballo. El conjunto llega a pesar 45 kilos, debido en gran parte a la armadura que llevan debajo para impedir que el castigo les cause lesiones. Este domingo fue el día en que 25 personas se vistieron, entre mayordomos y amigos.
Quienes se hayan quedado con ganas este domingo, tienen mañana lunes otra oportunidad, cuando saldrá de nuevo para repetir la ancestral tradición que tanto gusta en la provincia de Cáceres. La fiesta seguirá esta misma media noche con el canto popular de las Alborás y seguirá por la mañana con misas y nuevos paseos del Jarramplas hasta terminar las festividades de San Sebastián. Aunque la Agencia Estatal de Meterología prevé lluvias para este lunes que pueden deslucir la fiesta.
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El municipio del Valle del Jerte vive con pasión esta fiesta. Tanta, que la lista de espera para representar al ladrón de ganado es muy larga. Ya hay aspirantes para las próximas tres décadas, hasta 2056.
La fiesta atrae a visitantes de todo el país desde que fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2014 y se ha convertido en un escaparate de Extremadura al son las Alborás, de San Estebán y del tambor que toca el peculiar personaje mientras los nabos le impactan por todo el cuerpo antes de estamparse en el suelo.
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