Vara y Pedro Sánchez, increpados por los vecinos de Casas de Miravete por los incendios

El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han visitado las zonas afectadas por el incendio declarado la pasada semana en el término municipal de Casas de Miravete. Durante el recorrido, han sido increpados por los vecinos afectados por los incendios. «¡Ahora! Para hacerse la foto!», han espetado algunas personas en referencia a la visita que han hecho ambos mandatarios. «A la hora del fuego había que haber estado, no ahora», puntualizaban vecinos de Monfragüe al presidente de la Junta solo un par de minutos antes de que recibiera al del Gobierno.

Estas escenas se han registrado este lunes por la mañana en una estación de servicio en la que Vara esperaba a Pedro Sánchez. Habían quedado para caminar juntos entre el paisaje negro que ha dejado el incendio forestal que se ha llevado por delante unas 2.850 hectáreas, según estima la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio. Unas 300 de ellas están en el parque nacional, y el resto en la zona que lo rodea.

Mientras esperaba a que llegara Sánchez, Vara decidió acercarse a un grupo de vecinos que se había concentrado en el lugar. Y el saludo que obtuvo fueron los improperios de unos vecinos que expresaron su indignación por dos motivos principales: el modo en que se ha gestionado el ataque a las llamas y las políticas de los últimos años. Estas últimas son, en opinión de algunos residentes en la zona, la clave que explica por qué el monte arde como lo ha hecho durante los últimos días, devorando hectáreas a velocidad de vértigo y obligando a la población a ser desalojada de sus poblaciones.

«Esto se va a quemar todo, antes o después, y si no al tiempo», le advertía al presidente de la Junta un vecino que justo antes le explicaba las dificultades que la administración les pone para realizar cualquier trámite, cambio o mejora en el terreno que habitan. «Somos tan verdes que no se puede hacer nada en el campo», resumía el vecino, recogiendo un argumento que otros a su alrededor expresaban con palabras similares, unos en tono medido y otros en voz más alta y con términos menos corteses.

El presidente de la Junta aguantó las quejas de unos y otros. «¡Soluciones! Aquí y ahora», le pedía otro indignado vecino del área de influencia del parque nacional extremeño. «¿Cómo va a venir la gente al campo, al medio rural? Si lo que quieren es que nos vayamos», exponía otro de los concentrados. «Ha faltado coordinación», se quejaba otro de los afectados. Y a su lado había quien opinaba que «la culpa no es solo suya (de Fernández Vara). Es suya y de todos los que ha habido antes: de derecha, de izquierda y de todo, porque esto viene de hace muchos años. Porque no nos dejan hacer nada, nada».

El presidente de la Junta escuchó las quejas, tuvo poca opción a intervenir visto que los ánimos entre algunos no eran los más propicios, y cuando apareció en el horizonte el helicóptero en el que venía el presidente del Gobierno, le avisaron y se dio la vuelta para dirigirse a donde la aeronave se iba a posar. En ese momento, ya con Fernández Vara de espaldas dirigiéndose a recibir a Sánchez, volvió a subir el tono. Hubo insultos, pitos y algún abucheo. Se escuchó una variedad de insultos, algunos gruesos, también dirigidos al presidente del Gobierno.

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