Redacción Hoy
Domingo, 1 de septiembre 2024, 20:24
Últimamente se ha popularizado en internet la idea de que colocar multitud de imanes en la nevera o frigorífico, aumentan el consumo de energía y, por ende, la factura a final de mes. Esta práctica es muy habitual en muchos hogares: coleccionar imanes de grandes viajes, colgar fotografías o dibujos de los más pequeños de la casa, recuerdos... Así que es importante saber si realmente afecta al electrodoméstico colocarle este tipo de objetos. Esto es lo que dicen las energéticas al respecto.
Publicidad
Desde Endesa aseguran que no se trata más que de un «mito» y es completamente falso. Señalan que los imanes son tan insignificantes para el funcionamiento del frigorífico, que ni siquiera atraviesan las puertas.
Algo en lo que coindice la Organización de Consumidores y Usuarios. Desde allí explican que, aunque es cierto que las corrientes eléctricas interactúan en conjunto con los campos magnéticos, el generado por los imanes es tan pequeño que no modifica el consumo de la nevera. No importa si son muchos o pocos imanes. Así que puedes respirar tranquilo y dejarlos colgados.
Desde LG confirman esta teoría. Los imanes de nevera no tienen ningún efecto sobre el consumo, la vida útil o los alimentos. Los imanes situados en el exterior del frigorífico no influyen en el funcionamiento ni en la capacidad de refrigeración interna del aparato.
Eso sí, has de tener en cuenta que sí afectan en algo a tu electrodoméstico, aunque no tenga nada que ver con el consumo. Desde la marca Bosch señalan que si se utilizan sólo unos pocos imanes en la puerta de la nevera, no se espera que el dispositivo funcione mal; pero pueden producirse arañazos en la superficie. Además, si se colocan tantos imanes en la puerta del frigorífico que el peso de la puerta aumenta enormemente, se puede acortar la vida útil de las bisagras.
Publicidad
Lo que verdaderamente aumenta el consumo de energía de tu frigorífico
Existen prácticas que sí afectan al consumo, veamos cómo puedes evitarlas:
- Cierra bien la puerta de la nevera cada vez que no la utilices. Dejártela abierta puede suponer un problema al escaparse el frío del interior, tanto echando a perder tus alimentos como para el cosumo energético.
- No bajes demasiado la temperatura.
- Coloca los alimentos en cada espacio destinado a ello (por ejemplo el cajón de las verduras, las frutas...).
- Deja que la comida se enfríe antes de meterla en el frigorífico. No la metas recién cocinada y caliente.
Publicidad
- Descongela periódicamente. Si el hielo se acumula, actúa como un aislante, lo que dificulta la transferencia de frío y hace que el aparato consuma más energía.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.